jueves, 24 de junio de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - CUESTIONES METAFÍSICAS

« EL KARMA, BACH Y LA MATRIZ »

JOSÉ MANUEL LÓPEZ GÓMEZ

Gracias querido hermano chileno por invitarme a tu blog! Es un placer ya que te quiero y admiro por igual.
Como sé que te agradan los poemas "raros" de mi autoría, te dejo el siguiente; deseándote de antemano el éxito que te mereces.

DEDICADO
A mi entrañable hijo, Francisco Solano López, verdadero autor de este poema.

A todos quienes padecen esquizofrenia y a su entrañable médico de cabecera y samaritano, Dr. Esteban Dávila.

“EL KARMA, BACH Y LA MATRIZ”

Algunos sostienen que el karma
es parte de la acción metafísica
que reparte premios o castigos
según nuestras acciones de vida.

¿Pero quien lo determina?
¿En qué libro de la existencia está escrito?

Me digo: el caos genera caos
y la Naturaleza
sólo elabora planes
vinculados a la vida y la muerte
sin consideraciones morales

(¿Qué importancia pueden tener

Descartes y Spinoza?
Nietsche o Jean Paul Sartré?).

Entonces,¿quién “maneja” los karmas?
¿Acaso la Matriz de realidad virtual?
¿Ese ente cibernético que alza pancartas
en nuestras atribuladas angustias
sobre el bien y el mal , avasallando omnipotente
nuestra sufrida humanidad?
¿O se trata de un Dios único -exclusivo y excluyente-
no abonado a ningún sindicato de fieles?
¿Un Dios pragmático y asequible
a católicos,
cristianos de toda laya,
musulmanes,
brahmanistas,
confucionistas,
sintoístas
judíos :-ortodoxos de la Torá;sionistas pro imperiales;liberales de las sagradas escrituras;
animistas
y todo el resto de las creencias seculares y profanas?

¿Estará escrito en las runas?
¿Es parte acaso de los textos védicos?
¿Menciona la Kábbala el karma
como parte de un orden arcano
de caracteristicas metafísicas?

Yo he cometido adulterio
-y en cantidades “industriales”-;

Yo he sido inmoral
con algunas conductas puntales
(la rima es casual pero vale).

Yo he sido y soy aún
-aunque algo atenuado por la cercanía de la muerte-
egoísta y egotista.

Por lo tanto, me digo: no me quejo de mi karma.
Acepto pagar culpas como parte activa
de causa y efecto
(o es efecto y causa?)

Y está bien que así sea.
(después de todo, la justicia que tenga al hombre
como hacedor, se desvirtúa por imperio
de nuestra propia subjetividad).

Pero Dios…sí, a ti te hablo:
sabes que muchos te tienen
por un Dios de mansedumbre y de justicia
(a veces no entiendo tus iras vengativas).

Por eso me pregunto y te pregunto:
¿Por qué, amparado en la potestad
de tu propia justicia
(supuestamente divina; supuestamente justa)
no laceraste el tronco de mi propio árbol?

¿Por qué no quitaste parte de mi savia
socavando el conducto de humedales

y el humus de mi hábitat interior?
¿No debe acaso pagar quien hace el mal?
Pero tu castigo no cayó sobre mi tronco.

Caíste con una ira despreciable
sobre una de mis ramas.
Y la desgajaste.
La quebraste.
La dejaste sin hojas
para que los vientos se ensañaran con ella…

(hablemos claro, Dios: con unción religiosa
no tuviste reparos morales
en escoger como sujeto de tu ira
al más frágil e inocente de mis hijos).

Y llenaste de tinieblas su intelecto
apagando cada una de las luces
que iluminaban la recámara de su espíritu.

Furtivo ladrón, tomaste sus neuronas
como velas de cuya luz se apodera el viento.

Desquiciaste su cabeza(léase cerebro)
y enfermo de sadismo
liberaste el sello originario
dejando que la suma de todas las angustias
y los miedos,
penetraran en ese recinto inviolable

(Esquizofrenia es el rótulo médico).



Sí, me haces pagar (desde hace 9 largos años)
Sí, me haces sufrir(desde hace largos 9 años).
Sí, padezco muchas noches de insomnio
(también desde hace 9 largos años)
e insomnios sin noche, Dios.

Pero…a diferencia de mi hijo
yo no dejo de pasarle factura a la vida.

Por ello, mis oídos no dejan de gozar
las Fugas y Toccatas de Bach (Johan Sebastián,claro).

O de las sonatas para piano de Beethoven
(la Patética y la Claro de Luna, sobre todo),

Los adagio de Albinoni y de Corelli,
cuerdas y maderas preludiando el erotismo
del esperma.

Los Concerti Grossi de Vivaldi
pero también ya fuera de la música
La metaformosis de Kafka
(paradigma
de los estragos de su propia enfermedad).

Como venganza a este castigo injusto
(flanco egoísta del instinto de conservación)
me he refugiado en el Arte que tanto
te cuestiona (¡Y con razón!).

Cierto día me detuve por horas
frente a “Las Meninas”
(por cierto, teología de la pintura) gozando
también
de la suprema impostura de Velázquez
al retocar su pintura con la Cruz de Santiago

(Sí, hablo de la Orden Mayor que un Reino servil a tu causa
instrumentara como homenaje
al apóstol de tu hijo abandonado).

He recorrido, deslumbrado, Florencia
(el único museo viviente convertido en ciudad)
como parte incomparable del mediterráneo itálico;

He visto anonadado de emoción, La Pietá,
pero he sentido vergüenza ajena
al ver que escondes
detrás de los muros,
la desmesura del Gran Templo Vaticano.

***

En fin, sin dejar de ser padre
no dejé de ser hombre.

Supe, por supuesto, de amores vanos
a manera de vanos ejercicios eróticos.

(Profanos amores).

Pero supe también de afectos sublimes

y orgasmos generados por el alma.

Cosmopolita,
gozé del arte en sus más altas escalas intelectuales
sin dejar de lado sus genuinas expresiones populares.

No me privé del Serrat mediterráneo
ni de los ingleses de The wall, o el desparpajo de Sabina.

Y fui melómano también
Con los tangos de los Homero(*)
en la voz inefable de Roberto Goyeneche.

Traté, en fin,
de no pasar por la vida
haciendo que la vida pasara por mí.

Y a la hora de llorar
supe de las lágrimas estoicas
que lloran en silencio detrás de nuestros ojos.

(Esta es una confesión que te debía y me debía, dios.)

***

REFLEXIÓN FINAL:

“Reitero: ignoro si el karma actúa por su cuenta
o se trata de un ente metafísico
al servicio de algún guardián ontológico
encargado

de administrar premios y castigos.

(La industria de la fe-imagino-

Requerirá de una CIA cósmica infinita
para controlar los corredores
del vasto y complejo Universo.)

Sí así fuere, la realidad virtual
pecaría de los mismos vicios
derivados del libre albedrío,
el pecado capital,
la gran Cruz que arrastra Dios
a consecuencia de sobre-estimar al hombre”

Entonces

¿de qué se trata esta ley de causa y efecto
O efecto y causa?
Porque no soy yo el que paga.

Es la inocencia de mi hijo quien paga por mis culpas.

Es él quien carga en su mochila
las neuronas lesionadas,
los neurotransmisores sin chispa suficiente
para hacer que las sinapsis se abran.

Es a él a quien le roba el maldito karma
su derecho inalienable a ser feliz.
es Caravaggio sin los secretos de la luz;

Miguel Ángel frente al mármol sin cincel;

Un castrati
desplazado por la voz de una soprano.

Don Quijote sin Dulcinea;

Einstein sin su fórmula;

Salk sin su vacuna.

Beethoven sin sordera.

Las palabras sin un texto que la expresen
O el amor sin las voces que lo nombren.

***

Mientras tanto, los grandes laboratorios
-los mismos que avalan la simbología de las cruces
como socorristas y prestadoras de salud-
facturan en miles de millones de dólares
la locura colectiva inducida e institucionalizada.

(A propósito: no es casual el ideograma de una cruz
como símbolo de cura.)

***

Al invocarte, karma,
mi hijo me mira turbado desde el fondo

de su Esquizo frenia.

Es inútil.
Ningún Manual de Vida
puede explicar lo inexplicable.

¿Será por eso que siempre me pregunto
por qué Dios nos hizo para todas las preguntas
pero no nos hizo para todas las respuestas?


(Escritor argentino nacido en España)
Época oscura
(2007)

(*) Refiere a los hermanos Expósito, extraordinarios poetas vinculados al tango.

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