martes, 29 de junio de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - CUESTIONES METAFÍSICAS

EN EL MURAL DE TUS OJOS ...ESFINGE DE POLVO Y SUEÑOS ROJOS

ESFINGE

URAHANIAJ GUERRERO J



Todo lo que es glorioso Será recubierto de un velo.(Isaías,4,5, égal. Luc. XII-12)


Se muerde la muerte,…Se muerde la muerte,…Y en el umbral donde recorro la tumba de tus ojos…Recojo tu alma de no se de donde,Como agua de mantial de vuelta en polvo,…Su tul de caricias es un reloj de arena,…Así descansa tu espíritu con mi esencia acuestas

Amor…Amor…amor mío a donde te has ido…
En que lugar recojo el mural de tus esferas divinas si tu mirada no ha resucitado de la sílice del silencio...
del desierto fragmentado, de soledades mortuorias,De la ruina, de la tierra marchita, del viento calcinado si no ha vuelto tu corazón de la hiedra de la rocaDe la sombra perezosa con su aliento sagrado
De esta peste de fiebre que calcina las hojas de mi pecho

En que sendero oculto te busco, sí tu bosque esta en el éxtasis
De otros remolinos, bebo el elixir del río nilo que venga a saciar mi mar a enredarse en el crepúsculo de mis ansiedades…abortar a los peces muertosY sembrar el canto de tus uroboros

brisa arena ceniza cubre con tu manto mi llanto
Abre la tierra de tus santosLevantaos el cosmos con sus alas en brazos,Funde sus huesos calcáreos en tu dogma mesiánico

Que tu soplo representa mí tragedia, En los hornos que revientan en las sienes de mi cienciaQue no entiende de extrañas circunferencias Encantamientos en el pórtico de la eternidad
Con tu fé me clavas el puñal de tu opulenciame crucificas con clavos el pensamiento y las entrañas con tu corona de espinas,

Mi templo en vela te implora!Misericordia!Para mi montaña de esta Era
Santuario donde yo le hablo Con mi lengua de escarabajos
A mi alma fugitiva y a tu cuerpo en pena
Se que es la hora…Que será rey de reyes junto a ti….En tu palacio turqueza

AUM…..AUM…AUM- Me dices –“BERESHITH BARAELOHIM ETH HA SCHAMAIM V ETH HAARETZ”(Dios creo el cielo y la tierra)- Dejarle ir…..Dejarle ir como duele…Te dejo mi thé de alabanza Clarinetes cantan con los jugos de mis lágrimas

Se que le esperas en tu kala-hamsa (cisne místico)Perdona si te pido yo también morir
Llevarme al refugio de mi amado
Si en la tumba estoy… sin ser ni estar ni saber que soy Amén y en paz

Fé devuélveme un poco de su tierra amarillenta
El cofre rubí que encendía los corales de mi realeza
Y aquellos carruajes bañados de oros,Latidos valiosos que guardaron galopantes almanaques En el templo de mi mía amatista
De pájaros violetas con perfumes de gardenias
Recuerdas?Recuerdas el collar de diamantes que guardaron las notas altas en los altares de nuestras tristezas Con balcones florales entrelazando la seda de nuestras cortezas

Fé devuélveme sus tesoros esos que no funde la noche De sándalo azabacheQue no respiro tu nombre… Que no alcanzo tu voz…Que se me ha dormido la piel en un camino de pergaminos,Sin la sombra de tus ojosYo muero… yo muero de amor

Ha donde has ido mi aladino
Mi Rey khatra, mí Esfinge de Gizehmi león dormido
En que bosque te has perdido…en que féretro busco tu encarnación de harmakhis
si fuiste mi príncipe mi dios

donde busco el refugio de tu exiliada si tu ausencia a sido éxodo en mi alma de universo
faraón de mis sueños etéreos

Que no encuentras el camino…Por los caminos de Alá vuelve de donde te has ido…exhumo el alba karmatica de tu cuerpo de cielo caído de las vertebras del silvido rancio entumecido que no da sonidos
y otra vez retumban estrellas constelaciones hechizan...Vuelve tu presencia a mis brazos germinado de polvo de azahar años luz...guía sus huellas con fuerza de esfinge soberanono
olvidare tu rostro alado Mi amado Y Alá…’en nuestros huesos…que incineran la conciencia…

Otoño en la piel es una estación muerta
No vez amor mió que te estoy mirando
Desde este mi infinito
Toma…toma mi mano….no te detengas…Que polvo sois vos y polvo soy yo…Que recorreré tu mundo Cual navío altar de nubes y pájaros primaveras
Me llenare de azul para hablarte al cielo…Hasta volverme luz y firmamento

Para acompañarte amor Hasta en esa tierra….que no lleva nombre…¡que no lleva nombre!Por que mi país eres tú… mi muerte eres tú…eres túY aún en esta tierra extrañaDe nombre sin nombre deEscombros de insectos…. que comen nuestra carneOlvidadaVolviéndola mural de sueños…nuestros sueños muertosMuertos en carmín pero aun resucitaos
vives en mí como árbol crecido de pájaros
Como si la noche se volviera de dulce
después de padecer tu hambre árida de desierto

vuelvo a imaginarte galopando en el palaciode los espejos
Por que has llegado tú Tú con tu sombra de manzano… con tu sombra de granate, con olor a tierra tostaday tan llena de tu luz

has vuelto del peregrinar de la obsidiana para volverte brillante aquí en las raices del campanario que le nombra a vos

En el sigilio de la noche Los amantes en el río la luna te recuerda aun muerta de frío…Y aún en estos sueños donde yo te escribo

Te arropa mi conciencia…Tomo en mis manos tu polvo tan lleno de lirios

Eres esa esfinge que persiguen mis sueños rojos
En su lluvia de petirrojosLos pétalos de tu corazón recojo

y sigo soñando con los perfúmenes de tu arrojo
Aun con nuestra sangre sin materiaExclamo de nostalgia,Recojo lo fresco del mural de tus ojosTocó tu otra primavera…Te regalo mariposas de mis vallesPara que no me olvides al llegar a lo altoCon la lluvia tocando mi cara…Siento tu mar a orillas de mi pecho…Mi mío amor mi mío dolor mi melodioso cántaroQue no muera de sed mi corazón

manantial de Venus
Llena las ánforas de la luna llena
Con los búhos de la sabiduría
Y el caminar paciente de los ciervos
Llévate el cobre de su celda macerada de noctámbulas penitencias
Desata las cuerdas de su sonambulismo
Y tráelo a poblar el continente de los vivos
Llénalo de loros de colores, arco iris de piedras preciosas
Sonrisas de astros… envuélvelo… en el mestizaje de tu lienzo
Lázalo con tu paz de glándula celeste Ordeña al dios sol
Con tu luz hebrea Con tu sello de salomón clava tu estrella En el árbol de la vida eterna
Resignación penetra las células de su cueva

El amor vuelve al polvo Y el polvo de amor se vuelve mural Esfinge que sueña con ese velo rojo
Nuestros entes, nuestros besos, nuestros ojos Miradas que no se Irán con el viento

Por que viento soy vos como viento soy yo
El amor es una esfinge de sueños rojos
Que se queda detenidaEntre el tiempoComo un mural que se queda en el corazón

El amor…el amorEl amor…sopla el viento con el cantar de tu corazón
Un arrullo que duerme mi razón
Tras esa colina te mirare…Cuando en el tiempo ni el reloj ni otros te miren…te mirare

Recorreré tu olor
Sentiré el abrazo de tu otoño
cerrare mis ojos y contigo partiré…
Pintare canciones sobre tu árbol húmedo
Tocare tus manos al tocar tu tierra…
Viajare a tu mundo

amor..amoor
Fuimos pinceladas de un mural que juntos construimos
Que no derriba ni las horas ni las olas del tiempo
El amor bajo la tumba
Es un amor que merece despertar y besar a la luna
Un amor así no es digno de morir
Aún cuando morir es elevar el espíritu hacia ti…

Paraíso de cal…Sombra húmedaOlor de mirto y soledad
Desiertos en tempestad Donde el espíritu se vola Como parvada de pájaros en llanos silenciosos…

Penumbras dormidasRecorriendo las sombras de tus huesos de hojas…Recojo tu sombra de abrazos Melodías de tan callados los cantaros callados de tu voz antigua….

Aun en el desierto Sigue fuerte el sentimiento como gota de agua viva…Aun siendo polvo de roca Tu espíritu me mira

Que el corazón toca la lira en tus pasillos de amapola
Para recoger los sueños que le abonan
Que el tiempo no ha borrado Ni con su artritis de cortaduras de grietas envejecidas…De rotos campos de piedra,De harapientos tonos de mármol y arcilla,Mural que se levanta como un canto ahogado de recitales Alma…alma mía

Aquí guardados para mi colibrí de alas rotas
Y brazos de abrazos partidos
Donde te has ido alma mía…
tan míaComo mi mía alma…que yace perdida…En el altar del silencio eres cumbre mía

En la tumba de tus ojos Donde la hierba ya no respira…Donde la humedad de la lluvia me florece adentro
y me llueve adentro y me llueve lluvia y llorar mis ojos

si un cantar fuese sería rió de mojado
De cáliz y purgatorio
Tan derramado vinoEn las entrañas con su sangre…
Sonriéndome adentro que te llevo adentro…Como el fogot ardiendo

Tu muerte que es mi muerteMe retumba como un estruendo
relámpago que hunde su espada en mi centro
su lanza de fuego me acurruca a ti
con pasos lentos en mi pensamiento
hablo con charcas que recitan versos
Amor no puedes irte…sin mis alas…

No te has ido ni te irás… que contigo partiré… Con tu silencio aquí… aquí haciéndome orilla. Me quedo yo dormida… Vamos a caminar… por ese camino de luciérnagas… Nos volveremos polvo de su polvo. Volaremos con ellas hasta volvernos ángeles de luz. Cantar de caracoles. De ese mar mojado. De esos los que fueron nuestros besos largos. Se volvieron mar de arco iris para nuestros pasos,

Amén

jueves, 24 de junio de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - CUESTIONES METAFÍSICAS

« EL KARMA, BACH Y LA MATRIZ »

JOSÉ MANUEL LÓPEZ GÓMEZ

Gracias querido hermano chileno por invitarme a tu blog! Es un placer ya que te quiero y admiro por igual.
Como sé que te agradan los poemas "raros" de mi autoría, te dejo el siguiente; deseándote de antemano el éxito que te mereces.

DEDICADO
A mi entrañable hijo, Francisco Solano López, verdadero autor de este poema.

A todos quienes padecen esquizofrenia y a su entrañable médico de cabecera y samaritano, Dr. Esteban Dávila.

“EL KARMA, BACH Y LA MATRIZ”

Algunos sostienen que el karma
es parte de la acción metafísica
que reparte premios o castigos
según nuestras acciones de vida.

¿Pero quien lo determina?
¿En qué libro de la existencia está escrito?

Me digo: el caos genera caos
y la Naturaleza
sólo elabora planes
vinculados a la vida y la muerte
sin consideraciones morales

(¿Qué importancia pueden tener

Descartes y Spinoza?
Nietsche o Jean Paul Sartré?).

Entonces,¿quién “maneja” los karmas?
¿Acaso la Matriz de realidad virtual?
¿Ese ente cibernético que alza pancartas
en nuestras atribuladas angustias
sobre el bien y el mal , avasallando omnipotente
nuestra sufrida humanidad?
¿O se trata de un Dios único -exclusivo y excluyente-
no abonado a ningún sindicato de fieles?
¿Un Dios pragmático y asequible
a católicos,
cristianos de toda laya,
musulmanes,
brahmanistas,
confucionistas,
sintoístas
judíos :-ortodoxos de la Torá;sionistas pro imperiales;liberales de las sagradas escrituras;
animistas
y todo el resto de las creencias seculares y profanas?

¿Estará escrito en las runas?
¿Es parte acaso de los textos védicos?
¿Menciona la Kábbala el karma
como parte de un orden arcano
de caracteristicas metafísicas?

Yo he cometido adulterio
-y en cantidades “industriales”-;

Yo he sido inmoral
con algunas conductas puntales
(la rima es casual pero vale).

Yo he sido y soy aún
-aunque algo atenuado por la cercanía de la muerte-
egoísta y egotista.

Por lo tanto, me digo: no me quejo de mi karma.
Acepto pagar culpas como parte activa
de causa y efecto
(o es efecto y causa?)

Y está bien que así sea.
(después de todo, la justicia que tenga al hombre
como hacedor, se desvirtúa por imperio
de nuestra propia subjetividad).

Pero Dios…sí, a ti te hablo:
sabes que muchos te tienen
por un Dios de mansedumbre y de justicia
(a veces no entiendo tus iras vengativas).

Por eso me pregunto y te pregunto:
¿Por qué, amparado en la potestad
de tu propia justicia
(supuestamente divina; supuestamente justa)
no laceraste el tronco de mi propio árbol?

¿Por qué no quitaste parte de mi savia
socavando el conducto de humedales

y el humus de mi hábitat interior?
¿No debe acaso pagar quien hace el mal?
Pero tu castigo no cayó sobre mi tronco.

Caíste con una ira despreciable
sobre una de mis ramas.
Y la desgajaste.
La quebraste.
La dejaste sin hojas
para que los vientos se ensañaran con ella…

(hablemos claro, Dios: con unción religiosa
no tuviste reparos morales
en escoger como sujeto de tu ira
al más frágil e inocente de mis hijos).

Y llenaste de tinieblas su intelecto
apagando cada una de las luces
que iluminaban la recámara de su espíritu.

Furtivo ladrón, tomaste sus neuronas
como velas de cuya luz se apodera el viento.

Desquiciaste su cabeza(léase cerebro)
y enfermo de sadismo
liberaste el sello originario
dejando que la suma de todas las angustias
y los miedos,
penetraran en ese recinto inviolable

(Esquizofrenia es el rótulo médico).



Sí, me haces pagar (desde hace 9 largos años)
Sí, me haces sufrir(desde hace largos 9 años).
Sí, padezco muchas noches de insomnio
(también desde hace 9 largos años)
e insomnios sin noche, Dios.

Pero…a diferencia de mi hijo
yo no dejo de pasarle factura a la vida.

Por ello, mis oídos no dejan de gozar
las Fugas y Toccatas de Bach (Johan Sebastián,claro).

O de las sonatas para piano de Beethoven
(la Patética y la Claro de Luna, sobre todo),

Los adagio de Albinoni y de Corelli,
cuerdas y maderas preludiando el erotismo
del esperma.

Los Concerti Grossi de Vivaldi
pero también ya fuera de la música
La metaformosis de Kafka
(paradigma
de los estragos de su propia enfermedad).

Como venganza a este castigo injusto
(flanco egoísta del instinto de conservación)
me he refugiado en el Arte que tanto
te cuestiona (¡Y con razón!).

Cierto día me detuve por horas
frente a “Las Meninas”
(por cierto, teología de la pintura) gozando
también
de la suprema impostura de Velázquez
al retocar su pintura con la Cruz de Santiago

(Sí, hablo de la Orden Mayor que un Reino servil a tu causa
instrumentara como homenaje
al apóstol de tu hijo abandonado).

He recorrido, deslumbrado, Florencia
(el único museo viviente convertido en ciudad)
como parte incomparable del mediterráneo itálico;

He visto anonadado de emoción, La Pietá,
pero he sentido vergüenza ajena
al ver que escondes
detrás de los muros,
la desmesura del Gran Templo Vaticano.

***

En fin, sin dejar de ser padre
no dejé de ser hombre.

Supe, por supuesto, de amores vanos
a manera de vanos ejercicios eróticos.

(Profanos amores).

Pero supe también de afectos sublimes

y orgasmos generados por el alma.

Cosmopolita,
gozé del arte en sus más altas escalas intelectuales
sin dejar de lado sus genuinas expresiones populares.

No me privé del Serrat mediterráneo
ni de los ingleses de The wall, o el desparpajo de Sabina.

Y fui melómano también
Con los tangos de los Homero(*)
en la voz inefable de Roberto Goyeneche.

Traté, en fin,
de no pasar por la vida
haciendo que la vida pasara por mí.

Y a la hora de llorar
supe de las lágrimas estoicas
que lloran en silencio detrás de nuestros ojos.

(Esta es una confesión que te debía y me debía, dios.)

***

REFLEXIÓN FINAL:

“Reitero: ignoro si el karma actúa por su cuenta
o se trata de un ente metafísico
al servicio de algún guardián ontológico
encargado

de administrar premios y castigos.

(La industria de la fe-imagino-

Requerirá de una CIA cósmica infinita
para controlar los corredores
del vasto y complejo Universo.)

Sí así fuere, la realidad virtual
pecaría de los mismos vicios
derivados del libre albedrío,
el pecado capital,
la gran Cruz que arrastra Dios
a consecuencia de sobre-estimar al hombre”

Entonces

¿de qué se trata esta ley de causa y efecto
O efecto y causa?
Porque no soy yo el que paga.

Es la inocencia de mi hijo quien paga por mis culpas.

Es él quien carga en su mochila
las neuronas lesionadas,
los neurotransmisores sin chispa suficiente
para hacer que las sinapsis se abran.

Es a él a quien le roba el maldito karma
su derecho inalienable a ser feliz.
es Caravaggio sin los secretos de la luz;

Miguel Ángel frente al mármol sin cincel;

Un castrati
desplazado por la voz de una soprano.

Don Quijote sin Dulcinea;

Einstein sin su fórmula;

Salk sin su vacuna.

Beethoven sin sordera.

Las palabras sin un texto que la expresen
O el amor sin las voces que lo nombren.

***

Mientras tanto, los grandes laboratorios
-los mismos que avalan la simbología de las cruces
como socorristas y prestadoras de salud-
facturan en miles de millones de dólares
la locura colectiva inducida e institucionalizada.

(A propósito: no es casual el ideograma de una cruz
como símbolo de cura.)

***

Al invocarte, karma,
mi hijo me mira turbado desde el fondo

de su Esquizo frenia.

Es inútil.
Ningún Manual de Vida
puede explicar lo inexplicable.

¿Será por eso que siempre me pregunto
por qué Dios nos hizo para todas las preguntas
pero no nos hizo para todas las respuestas?


(Escritor argentino nacido en España)
Época oscura
(2007)

(*) Refiere a los hermanos Expósito, extraordinarios poetas vinculados al tango.

miércoles, 23 de junio de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - RELATOS ERÓTICOS

NASTIA T. 02/06/2010 a las 15:36

LA LLAMADA

—¿Aló?
—Sssandraaa
— ¿Sí? ¿Quién es?
—Saandraa, no sabess quien soyy.
—¿Podría hablar más claro? No entiendo lo que dice.
—Ssandraa, te veo pasar todoss los díass.
—¿Es una broma?
—Eress como el rocío para míii. Tu cabello brilla bajo el sool como el trigo frescoo. —¿Gonzalo, eres tú?
— Noo... quisiera poderr acariciar el botón de rossa que tieness entre las piernass.
Sandra tiró el auricular.
—¡Majadero!

Esa fue la primera llamada, luego vendrían otras cada vez más osadas, más irritantes.

El teléfono sonaba puntualmente después del baño vespertino, en vista de lo cual se convirtió en nocturno a pesar de cuánto le gustaba una ducha tibia al regresar del trabajo. El telefonista se adecuó al nuevo horario.

Sandra cerró furiosa todas las cortinas de su apartamento y se juró que no descansaría hasta dar con el ocioso degenerado que se empecinaba en torturarla.

Primero creyó que era uno de sus tantos galanes extranjeros quien la llamaba y se arrepintió de haber sido tan amistosa con cuanto turista alto, rubio y de ojos azules (aunque no necesariamente con cara de príncipe azul) encontraba en los cafés de moda. Esta idea fue rápidamente descartada. Sandra sabía muy bien que ellos sólo buscaban diversión autóctona, aunque, en el fondo, ella guardara la loca esperanza de que uno cayese definitivamente. ¿Para qué la iban a importunar con llamadas obscenas si ni siquiera se tomaban la molestia de escribirle una postal con saludos trillados?.

Enseguida pisó tierra y pensó que quizá era algún despechado admirador nacional quien le estaba jugando esa poco elegante broma. Sabía que a muchos su jueguito de coquetear para luego hacerse la inocente desentendida, les había dejado un amargo sabor a derrota en la memoria. Luego centró su búsqueda en algún vecino libidinoso. Pasó largas noches de vigilia frente a cada una de las ventanas, mirando con un larga vista por un pequeño hueco hecho en las cortinas; sólo consiguió un fuerte tortícolis, además de tener que comprar nuevas cortinas. Su apartamento quedaba en el quinto piso y todo lo que había alrededor del edificio eran elegantes casas de dos plantas habitadas por apacibles parejas de jubilados.

Después se dijo que quizá cometía un error al suponer que las llamadas las hacía un hombre. La persona apenas si susurraba al teléfono y su extraña manera de pronunciar parecía fingida, bien podía ser alguna vengativa rival y pensó que quizá debió haber tenido algo de escrúpulos, por lo menos con los novios de sus primas.

Ningún sospechoso fue hallado culpable; su búsqueda sólo dio como resultado ser catalogada como una “antipática neurótica con delirios de persecución” por sus conocidos.

La furia inicial dio paso a una ligera sensación de angustia que pronto se convertiría en terror. Sandra empezó a sobresaltarse cada vez que escuchaba el timbre de un teléfono, cosa gravísima para una arribista secretaria de dirección que en realidad ni siquiera sabía mecanografiar.

Un buen día, casi sin darse cuenta comenzó a grabar las llamadas.

—¿Aló?
—Sssaandraa.
—¿No vas a dejarme en paz?
—Cómo evitar sentirme atraído por tu piel suave como las orquídeas, por tus ojos dulces como las almendras, por ese musgo fresco, negro y oloroso, por esas pequeñas fresas maduras que quisiera...
Clic.
..................
—¿Aló?
—Ssssandraaa
—¡Basta ya!
—Sueño con recorrer tu selva y abrirme paso entre tus pétalos para poder beber tu néctar y penetrar profundamente en tu cáliz húmedo y tibio.
Clic.
................
—¿ Aló?
—Sssandraaa
Clic
—¡ Aló !
—Nno me cuelguess. Sólo quiero decirrrte lo mucho que me gusstan tus labioss rojoss como una amapola. Esoss labios que esconden tu pequeño pistilo grueso y salado que algún día podré acariciarr y así hacerrte gemirr como el viento entre lass hojass de los árboless.
Clic.

—¿Qué piensas?
Marita miró fijamente la grabadora con el ceño fruncido, su mano derecha tapaba su boca, parecía seriamente preocupada.
—No se puede negar que tiene un vocabulario muy florido.—Dijo y estalló en carcajadas.
—...
—(Perdón) —Sin mirar a Sandra y limpiándose un inexistente polvillo de la solapa agregó:— ¿Qué piensas hacer?
—¡No lo sé! ¡Hace ya dos meses que esto se repite todas las noches, estoy harta!
—No contestes.
—¡Si no contesto el teléfono no para de sonar! ¡Hasta lo he descolgado dos noches seguidas! Pero cuando lo colgué volvió a llamar ¡Y se puso a llorar! ¡Me voy a volver loca!
Sandra se dejó caer boca abajo sobre el gran sofá, con la cara entre los almohadones rompió en llanto.
Marita se arrodilló y empezó a acariciar el cabello de su amiga. Se sentía culpable por encontrar el asunto más cómico que trágico y al no poder evitar decirse que Sandra se lo merecía por descocada.
—No te pongas así cholita. Sé que es muy fácil decir eso cuando a uno no le suceden las cosas, pero no vas a resolver nada llorando.
Sandra levantó la cabeza, dos manchas negras se veían debajo de sus ojos a causa del rímel corrido. Marita tosió para disimular la risa.
—Por lo menos cuando le cuelgo después de escucharlo, ya no vuelve a llamar hasta el día siguiente.
—¿Has pensado en ir a la policía?
Una luz brilló en los ojos de Sandra
—No
—¡Hazlo! Algo tienen que hacer ¿No? ¿No has visto las películas?
Tienes razón.—Se sentó. —Para eso están ¿No?
Marita volvió a fruncir el ceño
—Dime cholita, hay algo que me da vueltas en la cabeza ,—y agregó mirándole fijamente a los ojos,—¿Cómo es que tienes el vello púbico negro si tu cabello es castaño claro?
Sandra volvió a romper en llanto.

El policía no levantó la mirada del crucigrama.
—Siseñoritaenquélepuedoservir.
—Vengo a denunciar unas llamadas obscenas.
El policía seguía escribiendo.
—...Qui... siera saber si pueden intervenir mi teléfono y..
— No contamos con el equipo adecuado.—Contestó sin mirarla.
—¡ Pues no sé qué pueden hacer, pero algo harán! ¿No?.
—¿No conoce a la persona que la llama?
—No, no sé quién es. Es más por la voz no se puede saber si es hombre o mujer.
—¿Ha hecho algo más que llamarla por teléfono? Golpearla, perseguirla.
Sandra lo miró boquiabierta. Pasaron unos segundos para que reaccionara.
—¿¡Pero no escuchó que no sé quién es!? ¡ O sea, que debo esperar a que me maten para que la policía haga algo!
El policía la miró por primera vez.
—Mire, señorita ¿dónde cree que está? ¿En Nueva Llor? No podemos ocupar personal para su protección sólo porque le dicen cochinadas por teléfono. Si por lo menos la golpearan, ya es otra cosa, pero por unas llamaditas... Estamos en el Perú, todos hacen lo que les da la gana. Si tanto le molesta ¿por qué no cambia de número?
Y eso fue lo que hizo, no sin antes maldecir a la Policía Nacional.

—¿Aló?
—Sssandraa
Sandra empezó a temblar ligeramente.
—Porrqué quieres huir de míi, yo no quiero hacerte dañoo.
El temblor se hizo más fuerte.
—Solo quiero oler el perfume de tu piell, lamer tu estambre ssuave y cálido, beber tu savia, recorrer lo más profundo de tu ser hasta que gritesss de palcerr.
—Basta ya... ¡Basta ya! ¡BASTA YA!
¡Clic!

Pasaron seis meses desde la primera llamada, Sandra había adelgazado cinco quilos y olía a rancio pues en su apartamento nadie podía abrir las cortinas sin que ella empezara a gimotear. Sus uñas lucían mordisqueadas, no se maquillaba, el único color en su rostro eran unas feas manchas azules debajo de los ojos a causa del insomnio y la raíz de su cabello se veía más oscura. Sus pocas amigas simulaban no conocerla, eso no le importaba pues pasaba frente a ellas sin verlas; sólo Marita seguía fiel, quizá porque la conocía desde el colegio.

Al parecer fue ella quien le sugirió que tal vez lo mejor era dialogar con su torturador, lo cierto es que sin saber muy bien cómo, la idea germinó en su cerebro. Y así un buen día después de su ducha, esperó la llamada.

—¿Aló?—contestó serena.
—Sssandraa.
—Si, ¿Qué quieres?
—Quiero penetrar en tu cálizz y bañarme en tu savia para calmar mi seed.
—Creo que eso ya me lo has dicho antes. ¿Se te están acabando las ideas?
—Sssandraa, estás hablandoo conmigoo.
—Si, quiero llegar a un acuerdo, quiero que dejes de molestarme.
—No ess mi intención molestarteee.
—Pero lo haces, me estas volviendo loca,—gimió— ¿qué es lo que quieres? ¿Quién eres?
—Me vess todos los díass y no sabes quién soyy. Pasas a mi ladoo indiferentee y, sin embargo, una vez me defendistee.

Un vago recuerdo revoloteaba insistente dentro de la cabeza de Sandra. Escuchó un pequeño ruido, la ventana de su cuarto se abrió ligeramente.
—Impedisste mi muerte, desde ese día te amoo.
Sandra avanzó sin hacer ruido y con el teléfono pegado a la oreja, hacia su cuarto. Desde la puerta y con la luz apagada, se esforzó por distinguir una silueta detrás de la ventana, no parecía haber nadie. “Qué tonta, sólo el hombre araña podría estar a esta altura”, pensó.
—Nooo dejo de pensar en tii. —La ventana se abrió un poco más, una tímida sombra verde se asomaba.—Quissiera demostrarte todo mi afectoo.La revoloteante idea tomó una forma definida y la angustia ante lo imposible se apoderó de Sandra.—Quisiera ser la hiedra que se trepa en tus columnas y se une a tii para siempre.
De pronto se percató de que la voz ya no venía del teléfono, estaba allí, en su cuarto con ella, mientras la enredadera que cubría la parte frontal del edificio entraba poco a poco por la ventana. Sintió nauseas, abrió la boca como para pegar un fuerte grito, sólo un extraño y débil graznido salió de su garganta.
—Sssandra. Yo nunca te haría daño. Tú me salvastee.

A Sandra le intrigó ver tanta cantidad de hombres vestidos con overoles grises ante la puerta principal del edificio.
—¿Qué pasa?—Preguntó al portero, quien estaba junto con los hombres de gris.
—Nada señorita, vamos a tumbar la enredadera.
—¡Ay! ¿Por qué?—Dijo haciendo una mueca de disgusto.
—Porque está cubriendo las ventanas. Los inquilinos dicen “de que” les quita la luz y” de que” entran animales al apartamento. Hay arañas bien feas, pican duro.
— Pero no es necesario cortar la planta, basta con cortar las ramas que cubren las ventanas. Da más trabajo, pero se conserva la enredadera que se ve bonita así sobre el muro ¿Quién decidió que la cortaran?
—Algunos vecinos firmaron una carta.
—¿Así? ¿Sin pedir la opinión de todos? ¡Qué tal raza! No la corten, déjeme una semana y le consigo más firmas pidiendo que la planta se quede donde está.
Y lo logró, una semana después presentaba una carta con tres veces más de firmas. Se sintió muy orgullosa de lo que ella llamaba su gran conciencia “ecologista”. No se ofendía cuando los vecinos contrarios a sus ideales la llamaban “la hierbera”, mas bien los miraba con lástima y desprecio como a individuos inferiores. Nunca se enteró que el mote se convirtió en boca de los más jóvenes en “la pajera”, tampoco se fijo en que una rama de la enredadera, sólo una, crecía poco a poco en dirección de la ventana de su cuarto.

—Sssandraa, te amooo.
La enredadera avanzaba lentamente, susurrando. Sandra dejó caer el auricular. La planta llegó a sus pies y empezó a envolverla sin apretarla, subió hasta su rostro.
—Estass flores son solo para tii.

Sandra vio cómo unos pequeños botones rojos se abrieron dejando ver unos gruesos estambres amarillos que como minúsculas lenguas, comenzaron a lamer su cuerpo. Los estambres eran esponjosos y tibios. Dos de ellos se apoderaron como pequeñas pinzas de sus pezones, tirando suave y rítmicamente de las puntas, causándole un pequeño y agradable dolor. Dos hojas separaron sus labios rojos como las amapolas y una de las flores se pegó a su clítoris, el estambre lo succionó violentamente.

De pronto el frío que en un principio recorría su espina dorsal dio paso a un delicioso calorcillo. Sus músculos se relajaron, su sexo se humedeció. Otra de las flores pugnaba por entrar en su boca, la pequeña lengua se hizo más larga y gruesa, le separó los labios. A Sandra le pareció que nunca había saboreado un líquido más delicioso que el destilado por esa flor...

De entre una tupida mata de hojas vio avanzar hacia ella un tallo liso, grueso como un puño. Unas perladas gotas de savia manaban suavemente de la punta redondeada. La flor dejó su clítoris y el tallo se abrió lentamente paso entre sus piernas. Sandra tuvo por unos segundos miedo, pero al sentir en su vagina ese tallo que sorpresivamente era suave y cálido, dejó de temer...

Una semana después Marita citó a Sandra en la terraza de un concurrido café.
—¿Y, amiga? ¿Qué me cuentas? Hace una semana que ni me llamas.
Sandra lucía relajada, casi ausente. Con una extraña sonrisita en los labios contemplaba los árboles del parque.
—¿Sandra?...
—¿Sí? —Volteó hacia su amiga.
—¿Te sientes bien? ¿Te siguen molestando las llamadas?
—Las... ¡Ah, sí!— Dijo volviendo a mirar los árboles.—No, ya no, eso está bien.
—¿Segura? —Marita empezó a inquietarse.—Te ves un poco rara.
Sandra la miró fijamente a los ojos. Marita notó un ligero brillo verde en ellos. Le pareció extraño que después de tantos años de conocerla, nunca antes se había dado cuenta de que su amiga tenía los ojos de ese color.
—Todo está bien, no te preocupes, todo está muy bien, no podría estar mejor.



MONSIEUR JAMES, 10/06/2010 a las 14:17

NO PUDE EVITARLO

Me senté frente a mi teclado queriendo digitalizar algún deslavado poema o simplemente dejar que mis yemas se pusieran a la caza de letras y de esa manera llegar a conformar un texto que, al mismo tiempo que ameno, contuviera un sujeto interesante. Mi naturaleza, y todos mis “mi” taras que arrastro , imagino hasta la eternidad, había conceptuado otra historia de lujurias y placeres desmedidos.

Desde el punto final del primer párrafo se sucedieron algunas horas. Me distrajo el ruido de la lavadora, el teléfono, y la vecina con sus inalterables historias acerca de su pareja. Confieso que entre el ruido de la lavadora y la implacable vecina, prefería el primero, pero “mi” atávica educación me llevó de plano a desconectar la lavadora y embobarme en las confidencias, inalterables, de mi vecina.

Entre embobado y distraído estaba, cuando las confidencias de mi vecina se hacían cada vez más próximas a la intimidad…

*****

—Disculpe vecino, la verdad es que parece que le distraigo innecesariamente con mis cuitas, dijo;

En ese mismo momento, me dije para si, cálmese vecino, al tiempo que advertía que, a diferencia de días anteriores, ella lucía una falda, que aunque no era mini, dejaban perfectamente al descubierto un par de bellísimas piernas…

—¡no, no vecinita! Me apresuré a replicar, no es eso, no me mal interprete por favor, muy por el contrario su confidencia incita mi dedos a la digitalización;
—¡vecino! Agregó alzando la voz con un tono de enorme coquetería y un tanto ruborizada.
—vecinita, por favor (mis ojos demoraron en despegarse de sus rodillas, antes de mirarla fijamente) no, me diga que entendió “excita”, en lugar de “incita”— le pregunté con toda picardía.

El rubor y la turbación, hizo que de pronto se levantara de su asiento y se dispusiera a partir. Usando de toda mi “gansteril y lujuriosa diplomacia” (la tomé por los hombros, piel que al rozarla empeorara mi promiscua situación, ya que mi ardiente imaginación me llevaba una delantera de locos) me prometí calmarla.

—vecina, no es exactamente lo mismo, incitar que excitar, al menos en el contexto en que fue menester usara, le dije con toda propiedad.
—bueno vecino, es que usted habla tan re-bonito, que de pronto una mujer como yo fácilmente se enreda, ¿no?— agregó con la voz entrecortada.
—ese si es piropo— me apresuré a responderle, al tiempo que la invitaba a retomar su lugar en la silla.

Así lo hizo, con elegancia y con ademán a bajarse un poco la falda, persuadida ya que la tersura de sus piernas no me eran para nada indiferente.

—de veras— dijo, esta vez con la voz más clara, añadiendo con peculiar malicia —no debí ponerme esta falda tan extravagante, dejando entrever una hermosa y casi tímida sonrisa.
—¿extravagante?— le pregunté con teatral asombro y fijándole nuevamente la vista.
—un poco— no cree, susurro.
—no, no vecina, le susurré, osando acercar mis yemas hasta sus inquietas rodillas…

*****
Levanté las yemas de mi teclado y de pronto, volvió el ruido de la lavadora, el teléfono y mi vecina que, de pantalones y de pie, terminaba su inalterable y menos ameno monólogo.

—Disculpe vecino, no pude evitar no leer por encima de su hombro— dijo un tanto ruborizada…

martes, 22 de junio de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - ELEGÍA A LA PROSTITUTA

MONSIEUR JAMES el junio 18, 2009 a las 4:53pm

COSAS DE LA VIDA

Me dijeron prostituta
Juro, me puse feliz
pues con mi cuerpo
(MERETRIZ)
entregué la miel
que un infeliz pedía.

Y lo que yo no tenía
también lo conseguí
para matar el hambre
de mis hijos.

Otras… el alma enluta:
el odio, la envidia;
o la vulgar celestina
que teniendo de todo
hace del amor un lodo
a quién bien la cobija.

Ella fue la del palabrón
pero yo le doy perdón
puesto que el infeliz
(ella no lo sabe)
es el hombre que acudió
lleno de dolor
por un poco de mi amor
(maldito amor)
ese que se paga.


MILITA_BABILONICA el abril 22, 2010 a las 3:10pm


PUTA (Cartas para Gonzalo, Nº 19)

Grítame puta cuando de rodillas busco esquejes de tu pasión, cuando abro mi boca para recibir el trino de jilguero claro. Puta cuando soy una sola ventana abierta en espiral, cuando con los ojos te susurro que te quiero y con la boca te digo que me hagas caer a golpes de cuerpo hasta la muerte pequeña que tu lengua asesina siempre produce.
Grítame puta con tu voz cabalgando sobre la soberbia mientras mi biblia herida se abre en el Cantar de los Cantares y mis versículos rezuman vino. Siete veces puta cuando tus dedos me escriben con pinceles perversos que soy tu muralla, tu hoja de papel virgen, el malecón en el que vienes a estrellar todas tus furias.
Insúltame cuando me vendo los ojos para el tango de niebla y muérdago que se marca en mis pechos, cuando hurgo el desorden estelar con los pezones erectos y en silencio masturbo mi magia con sal.
Tengo lamentos bordados en el plexo lumbar, las costillas plagadas de quejas, las siete vértebras cervicales clamando, los rugidos excitados en la tibia y el peroné, cuarenta bramidos pastando entre los metacarpios y las falanges, las carnes moradas vociferan siete letras que se me hacen muerte lenta en la ausencia…
Sí, grítame puta, pero cógeme hasta que la sacrosanta reemplace a la impía medusa que ondea sobre ti.


ARACELI AMADOR RODRÍGUEZ - el abril 22, 2010 a las 4:48pm


Y QUE ME IMPORTA QUE LO SEPAN!


Hoy, quiero gritar que soy mujer alegre,
esa que vende la sonrisa,
Las medias palabras que te atraen,
Esas caricias de mis labios en tu oreja,
esos medios besos en tu boca,
ese roce de rodillas,
Y ese pase de mi dedo por tu espalda.
Este día compre algo para ti.
unas medias con ligueros de encaje,
un sujetador de media luna,
y un camisón transparente de tirantes.
Ya se, ya se que no soy nada tuyo,
y que vivo de ti y tus palabras,
soy algo más que prostituta
No olvides que vienes a buscarme y me pagas
No te enganches a mi nombre,
cúbrete bien las espaldas
no quiero lágrimas mañana.
Te lo aviso, soy mujer de vida alegre,
si te enamoras, no me reclames, soy libre
pues vendo hasta lo que no tengo…
Soy infiel ya lo sabes,
Ahora vete, abre la cajita y deja el dinero dentro
“Que después de tu irte”…empezara mi tormento
Porque el amor que por ti siento es mió,
me lo cayo para mi.
Sonando la puerta. toc, toc
-Espere, espere ahí fuera un momento
Llega otro señor…
Secándome mis lágrimas le hago pasar
y me como mis sentimientos

TEMA DE ANTOLOGÍA - CARTAS DEL RECUERDO

MONSIEUR JAMES, julio 2, 2009 a las 1:21pm

A SUZIE

Suzie,

Desperté vagabundo. Adivinando en cada lugar el espacio que ocuparon tú y nuestras travesuras. Te has ido sin permitir que el ruido de la puerta al cerrarse tras de ti, luego de tu partida, me despertase del sueño en que me dejaste con tus últimas caricias, las que me adormecieron dulcemente. No te sentí partir. Te hiciste liviana como una paloma y me pregunto si no fue por la ventana que emprendiste el vuelo.

Soñé, sin darme cuenta, y me encontré en un sendero ya conocido. Había regresado al sendero árido, al sendero poblado de cascajos en que el peñón que siento en el alma es como una piedra infinita en aquel siniestro camino.

Miré desesperado buscando despertarme junto a unos ojos melinos u andreanos que puedieran recuperar mi luz una vez más En ese desierto y en esa soledad, esta vez no hubo nadie ni nada. Y yo aún con el sabor a nuestros últimos revoltijos de lágrimas y mocos. Volví a soñar el oasis que me habías regalado a lo largo de estos últimos casi seis años, como queriendo no dar crédito, acaso, el ocaso al que me empujarías tan repentinamente. .

Desperté sobresaltado con un horrible dolor invisible. Quise reclamarte, quise vengarme, quise culparte de mi repentina angustia y no pude. Sin embargo, tus cartas quedaron multiplicadas en mil pedazos desintegrándose entre mis desesperados dedos, de esas manos que ya nunca más te tendrán. Como las mil y una paloma que quisieran emprender tu mismo vuelo. Luego las recogí enternecido, las besé y las volví a guardar en ese cofre que cuenta la mitad de la historia de todo nuestro amor. La otra mitad, espero la conserves; es la prueba que te dió mi pluma, de mi renacido e increíble amor.

Vagabundo me he quedado, aunque ya siento que lo mejor de nuestro amor forma parte del jardín más hermoso de mi vida. No dudo de ése, tu tierno y delicado amor. Y eso es maravilloso. Así te quedarás, como la artista que un día abrió la puerta de mi corazón y me mostró la primavera. Mi alma llena de tus ternuras, esperando, tal vez, con otra esperanza vagabunda, que un día me alejes de este sendero pedregoso y me quites este peñón que un día convertiste en dicha y que hoy ha vuelto a ser peñón.

ESQUELA

La verdad no se como interpretar ya nada. Me he puesto aún
más egoísta conmigo mismo. Creo que nada podría ser igual.
Si antes amaba soñar sin ser despertado por el afanoso ruido
del día, hoy presiento en cada sueño una terrible pesadilla.
Río igual que antes, pero mi risa lleva algo de sarcasmo,
ese sarcasmo que viene de la nada y que no logro vaciar de
aquí dentro.
¿Cuál es el lugar que ocupas en este ajetreo de mi alma?, ya
ni siquiera podría decírtelo. Te amé, sí con toda mi alma.
Me dolió tu partida más que todos los dolores juntos. Te
sigo viendo en cada risa y en cada cariño que me otorgan mis
hijos.
Te odio cada vez que los veo tristes. Esos hijos, nuestros
hijos, que recuperaron mi salud desde que partiste. Si me
preguntan ¿qué pasó? debo evidenciar con mucha tristeza, que
te enamoraste de otro y esa es mi cruel respuesta. Ese otro
que aún permanece como una sombra creada por la envidia de
tu hermana, Alicia; Alicin, como tú la llamas.
Perdona mi franqueza, ahora que se acabaron las maletas
llenas de regalos que venían de lejos, probablemente te han
ido dando vuelta la espalda. Dejaste de ser la hermana rica
que venía con dólares y con ideas un poco más liberales.
Ahora eres pobre y estás triste, no mientas yo lo sé. No
quiero que llores, me gustaría incluso que fueras muy feliz,
pero sé que no podrás serlo.
Mi amor seguirá confundido entre el Pepo que fui y el
Querido Jaime de hoy. Nunca supe si me quisiste y creo que
nunca sabré lo que por mi sientes. Ese trago amargo tiene ya
un sereno sabor. Es tal vez la costumbre.
Tus hijos te necesitan, ¡ cómo les cambiaría la vida! Y como
cambiaría la mía si supieran perdonarte. Yo sé que sufren.
Para ti todavía es tiempo de recuperarlos. Recuperarlos es
volver a su lado, piénsalo, me gustaría verte fundirte en
ellos y darme la paz para un día partir alegre.


ELISA GOLOTT, julio 2, 2009 a las 6:41pm


ARREPENTIMIENTO

Luis Santos:

Y pasarán los años. Y mi recuerdo aún rondará tu memoria. Tus labios recordarán mis besos y tus manos creerán que pueden tocarme en el tiempo. No podrás jamás despertar sin decir mi nombre. Ni en las noches cerrar tus ojos sin sentir mi perfume.

Caminarás largos senderos, y ansiarás mi mano en la tuya en el lento andar. Oirás mi risa cada tarde mientras, solo, mirarás los árboles añosos, por los ventanales, de esa casa que nos cobijó.

Suspirarás con dolor en el pecho, donde guardas ese corazón que me traicionó. Y la humedad de mis lágrimas por años vertidas en tu memoria acá en la distancia, la sentirás en tus mejillas cayendo a raudales y dañarán tu piel.

Y seguirán pasando los años. Y como una letanía dirás mi nombre con la tristeza más grande que pueda existir. Y el arrepentimiento de lo mal decidido marcarán tus horas, con la indeseable intensidad del fuego que quemará tu memoria.

Mientras yo liberada de tu atadura invisible, solo te recuerde en el minuto de morir.

MILAGROS HERNÁNDEZ CHILIBERTI, agosto 15, 2009 a las 1:15pm


EMAIL Vs MESSENGER


EMAIL I


Santiago, 23/enero/2006

Querido Sergio:

Durante mucho tiempo he leído tus frases en mi ordenador, he captado tu gran intelecto y tu espiritualidad prodigiosa, tanto… que los segundos, minutos y horas transcurren sin detenerse en la elocuencia cristalina de nuestra especial relación. Sólo he visto tu rostro y parte de tu pecho a través de la webcam. Y tú también poco de mí has tenido, nada más allá de la coquetería de mi sonrisa y las confidencias de mi soledad. A ratos, ya no soy tan tímida y te pregunto: ¿te gustan mis zarcillos, mi sortija, mi blusa? Tus respuestas agradan mi ego femenino... y casi creo seducirte con mis cursis palabras de esos momentos tiernos: me fascinan tus ojos, tu mentón y tus manos... tu sexy es desbordante. Y así, un día y otro día...

Anoche, por la emoción de nuestro largo encuentro por Internet, continuaste a mi lado estando dormida y en mí te quedaste... Soñé disfrutar entre tus brazos… La brisa marina acariciaba mi cabello, mientras tus labios se aferraban a los míos y tu lengua saboreaba las huellas del mar en mi piel...


EMAIL II


Madrid, 24/enero/2006

Querida Susana:

Me besaste en tu sueño. Eso te hizo estar entre mis brazos... yo también lo sentí así. Me encantó navegar contigo. El mar era más lindo si pudiera serlo. El sol calentaba lo justo y hasta las gaviotas eran cómplices nuestras. Disfruté de tu compañía, y en el suspiro que duró el cálido paseo... toqué el cielo con los dedos. Sentirte entre mis brazos con los tuyos rodeando mi cuello, bajando a mi espalda, a mi torso y mi pecho... ha sido una sensación inolvidable. Aun me tiemblan las manos abrazando tu vacío…

Necesito estar contigo, te amo desde siempre. Este amor no es virtual, y si lo fuera por su pureza blanca, también me ha producido sudor y deseo, por lo tanto, es demasiado real. Necesito surcar el cielo, navegar este océano y llegar hasta tu cuerpo, porque tu alma ya casi la tengo.


EMAIL III


Santiago, 14/abril/2006

Querido Sergio:

Espero te encuentres bien disfrutando lo bello de la vida de lo cual Dios te ha rodeado. Es bueno para mí saber que del otro lado de océano existe un hombre tierno, apasionado y amable, capaz de manifestar cariño viajando por Internet. Ha sido realmente maravilloso, experimentar tanta empatía entre tú y yo.

Sin embargo, pasar demasiadas horas trascendiendo la realidad como en una especie de reto hacia nuestras potencialidades corporales y espirituales, no creo sea conveniente para nosotros ni para ninguna persona. Entiendo eres un hombre hecho, responsable, trabajador y padre amoroso. Es increíble, pero yo poseo las mismas características, sólo que soy mujer. Te he dicho que mi pensamiento ha sido siempre matemático porque el estrato masculino de mi cerebro se ha desarrollado… sé calcular, medir y provocar reacciones humanas, y también sé entender cuando yo soy el objetivo.

No nos hagamos los tontos, tal vez estamos diseñados con características de gran aceptabilidad el uno para el otro, pero nuestra vida real continúa y necesitamos la plenitud de nuestra fortaleza para seguir llevándola. Por nosotros mismos y por los que amamos.

Te diré algo, que no se lo he dicho a casi nadie: comprende que me siento capaz de ir y venir; hacer y cambiar; disponer y decidir; amar y sufrir… Creerme capaz de todo, casi produjo en mí un colapso en mi enfrentamiento con las simplezas de este mundo que están allí para ser conocidas, amadas y superadas. Eso también hizo que un día, no hace tanto tiempo, buscara un mayor encuentro con Dios y me postrara ante Él ofreciéndole los actos que a partir de ese día sobrevendrían al resto de mi vida.

Te amo, lo sabes, sé feliz.


EMAIL IV


Madrid, 16/abril/2006

Querida Susana:

De regreso de mis cortas vacaciones de Semana Santa, me encuentro con tu "reflexión" o declaración unilateral de intenciones. Quiero decirte, que lo esperaba... Nuestras dos últimas comunicaciones por MSN, ya me lo habían advertido de forma clara y contundente. No lo entiendo bien... ¡siento que te necesito tanto!... pude creer que sentíamos al unísono.

En cuanto el resto de cosas y sentimientos, no voy a hacer ningún comentario. Que todo quede ahí... fue algo que sucedió de forma mágica y nos envolvió durante algún tiempo en una burbuja de ilusión y fantasía. Todo lo que te dije... todo lo que sentí... fue auténtico y real. Sin embargo, respeto tus palabras expresándote que no es mi intención interferir en modo alguno en tu concepción de la vida... y menos aún que esta interferencia afecte aquello que por entrega y constancia, forme parte de tus principios fundamentales.

Debo manifestarte que eres la mujer más extraordinaria que he tenido la suerte de conocer. Doy gracias al cielo por haberme regalado tu amistad y tu amor. Te seguiré esperando.


EMAIL V


Santiago, 01/mayo/2006

Querido Sergio:

He reflexionado que mi existencia es maravillosa y sigue transcurriendo como siempre, sólo que ahora pienso en ti... Te aseguro que tu recuerdo no me estorba para seguir siendo yo. Sin embargo, se me ha ocurrido lo que debo hacer, para dar un rumbo saludable a mi vida. Te pondré como no-admitido el mayor tiempo posible o podría borrarte de mi MSN, para no tener la tentación de dedicarte tanto tiempo. ¿Te has dado cuenta que contigo actúo aceleradamente y digo muchas cosas y eso me excita? Y aunque me alegro por descubrir que estoy viva... pondré punto final.

Esta mañana comencé un nuevo libro, si lo publico será impactante... Se refiere al descubrimiento de la pasión dulce y sublime pero que necesariamente debe llegar a ser erótica... esa es la razón final, porque de lo contrario sobreviene el fracaso súbito de la misma. Me ha gustado mi nuevo estilo, pretendo ser profunda... nada vulgar... impecable y elegante. Nunca imaginé que llegaría a escribir sobre ese tópico.

Sergio... nunca dejaré de amarte.


DORA PIZARRO TORRES, octubre 25, 2009 a las 2:31pm

CARTA A MI MADRE

Madre,hoy estoy a tu lado por milésima vez.Recurren a mis ojos las veces que te abracé.Tocas mis manos y no me conoces.Mis ojos te resultan ajenos y mi voz es para tí, la de una desconocida.Tomo tus manos y están frías,tus ojos vagan a mi alrededor,recorren la habitación mientras yo los sigo desesperada para poder hallarte.Me siento a tu lado y te abrazo como lo hacíamos muchos años atrás ,conversábamos y reíamos.Ahora ya nada es igual,los antiguos recuerdos se esfuman,se los llevó el tiempo,Permaneces sentada sin saber donde estás .Tus brazos recorren las almohadas como si buscaras algo que nadie sabe qué es.Tus manos recorren los bordes de la cama, como si siguieras una sombra que a mi me resulta un fantasma.Te apegas a mí ,como si fueras mi hija pequeña.Tu cara de atrora,expresivo , lleno de alegría y vida, permanece triste,como viendo pasar el tiempo que de a poco te lleva¡.no sabes lo que daría por verte feliz! , que tu sonrisa llegara de nuevo a tu boca y me contaras de tu infancia,como lo hacías cuando yo era pequeña.Quisiera que recontaras las travesuras que hacías con tu hermano ¡cómo trabajaban los dos ,un par de niños con una madre ausente! las veces que escobilla en mano,peleabas con los uniformes de tu hermano para que quedaran limpios,tratando de suplir con tu trabajo lo que no pudo hacer tu madre y sólo tenías nueve años.Quiero que me cuentes de nuevo de el día conociste a mi padre,las veces que salían a dar vueltas a la plaza, con tu hermano menor de chaperón y cada vez que te acompañaba,exigía para sí, un pastel de chocolate y un helado gigante.Quiero que me cuentes más de tu vida ,de tu niñez ,de tu devoción a la Madre del Cielo,de tus mejores amigas,de tus amigos, de tus alegrías,tus penas y fortalezas,Enséñame de nuevo todo lo que me enseñaste,todas las cosas vividas, los paseos, los viajes, llévame de nuevo a la escuela,cómprame de nuevo mi primera muñeca,mi primer uniforme,mi primer rosario, mi primer misal.Dibújame la primera estrella,el primer payaso,la primera casa, péiname de nuevo para mi primer día de clases,abrázame como sólo tú lo sabes hacer,Madre,aun que sea por un momento fija tus ojos en mí,posa tu mano en mis cabellos ,quiero que me conozcas, soy la carne de tu carne .los huesos de tus huesos,vuelve,no permitas que esa sombra oscura de olvido nos separe,¡Madre regresa a mi!.


MARÍA LUISA LANDMAN, enero 6, 2010 a las 7:23pm

CARTA A MI HERMANA ALEJANDRA

I


Yo, por lo menos, no voy a condenarte ni a lapidarte…
Por el contrario, te debo mi admiración a tu enorme, grandísimo valor, a tu fe, a tu amor al prójimo, por el que surgiste siempre, a tu entrega y abnegación…
El tremendo, dolorosísimo y angustiante proceso por el que has pasado (y sigues pasando)... Del que podemos “hacernos idea”, “aproximarnos”, pero “sólo tu conoces realmente”...
Tu lucha valiente y decidida, tu coraje al despertarte con “eso” cada día, y acostarte con “eso”, cada noche…

No te sientas derrotada, ni vencida.
Has dado mucho de ti, has soportado y sufrido mucho… Y, aunque tu cuerpo ya no quiera más batallas y tú estés cansada, a ti misma, a tu espíritu, el cáncer –ni nada-, lo ha derrotado… Él está sostenido, no te preocupes…

No te quedes con nada adentro;
háblalo todo, dílo todo;
no le debes nada a nadie (cada cual es arquitecto de su propio destino), y, si te quieres morir, si no quieres seguir, confiésalo y que lo entiendan.
Es tu vida, tu destino, tu todo, tu camino…

Nada más, que me da una enorme pena el saber o sentir que partes antes (pero, si te fijas, hace ya tanto que partimos todos…). ¡Mira cuán lejos que estamos de la infancia y juventud, esperanza e ingenuidad de Arias…!

Hace tanto que busco en mí (esta mí tan distinta y lejana a antes), y sólo veo, o siento, recuerdos y añoranzas…

No sé adónde nos lleve nuestro camino, sólo sé que, por mi parte, y creo que la tuya, lo has dado todo. Dejaste el corazón en el camino y siempre has obrado bien.

No te desvíes y confía en ti. Si te llegó la hora de dejarlo todo, suelta esas piedras, suelta esas lágrimas y saca ese peso enorme de responsabilidad de tu mochila.

Vamos a estar bien (con más tristeza y lejanía, sí), pero, tus hijos van a crecer igual, van a ser buenos igual, y nos iremos igual todos algún día.

Este es mi mail, escribe lo que quieras, lo que vivas, lo que sientas; no te lo calles, no te lo aguantes, no te atragantes.
Libérate y respóndete sólo a ti, que te lo mereces. No luches más por nadie, si no quieres.

Un beso y, ojalá, estas palabras lleguen a tu alma, porque desde allí te las mando…

II

He tratado de ayudarte, de darte alas;
he intentado darte fuerzas y esperanzas;
he querido acompañarte lo más posible,
en cuerpo, alma, espíritu y en pensamiento…

Pero eso no basta… Ya lo sé. (Siempre te he comprendido, no creas que no...)

Nuestras fuerzas son limitadas… y lo hacemos lo mejor que podemos…, con la escasa luz que damos con nuestra convicción…

El acto de renunciamiento es lo más grande que podemos hacer en esta vida… Tú a tus hijos, ellos a su madre…

Nadie está preparado para la muerte, nadie la conoce, hasta que le toca, y, yo creo que es algo pacífico, indoloro, de pasar a una especie de levedad pacífica, de dicha quieta, de amor y luz…
Creo en eso. Lo que cuesta es quedarse, quedarse con un pedazo de menos, con una persona menos con quien hablar, reir, llorar y confesarte.

Te deseo mucha paz y tranquilidad; que cesen los tormentos, las angustias y los miedos. Que encuentres, en definitiva, tu propia senda.

Y, pase lo que pase, estés donde estés, siempre voy a estar “aquí” (en un aquí metafísico que siempre estará abierto y disponible para ti); no lo olvides nunca…

Gracias por la cartuchera-mariposa verde y el baúl de cuero que me compraste con tu sueldo en L’Hermetique…, cuando yo pegaba las narices a las vidrieras, deseándolo todo, y no teniendo nada…

Gracias por hacerme reir tanto y de tan buena gana con el Marciano, la Chilena y los álbumes familiares…

Gracias por ayudarme cuando fui a los 19 años a Buenos Aires…

Por el poster de Snoopy saltando y diciendo “¡¡¡Pienso que necesito muchos abrazos!!!”

Gracias por “bancarme” en las buenas y en las malas…

Gracias por ser mi hermana.

Gracias por ser quien eres en mi vida…

Gracias…

Si te vas, ándate con lo bueno, y deja lo malo…

Un gran abrazo,


AMOR MÍO

I


Amor mío:

No sé si hace falta que te diga, que en medio de mi bruma, tú eras la luz que iluminaba mi sonrisa.

Que la vida marchaba triste y confusamente; que navegaba entre problemas, frustraciones y desesperanzas…

Pero que eras tú, con tu presencia, con tu alegría, con tu enérgica y revitalizadora actitud, el que me sacaba de mi sopor nostálgico, de mi transcurrir adolorido y desamparado.

Eras tú el que con tus abrazos me acercabas a la vida.

Amor mío:
Me obligabas a mirarte a los ojos y me hacías sonreir, olvidando por un rato, cobijada en tus brazos, la melancolía y la desazón que me consumían, cuando no estabas tú, cuando tú no brillabas en mi mirada.

Que era tu dulce recuerdo el que me apartaba de mi cruda realidad, de mi hosco entorno.

Que era recordar e imaginar la suave mecedora de tus brazos lo que me salvaba de caer en ese profundo pozo llamado depresión.

Amor mío:
Creo que todo eso lo sabías; pero, quiero que sepas, que en mis recuerdos ocuparás siempre el lugar de las sonrisas y de la ternura.

Amor mío:
Nunca dejaré de llamarte así en mi pensamiento.

II

Fue mirarte a los ojos y descubrir que había un mundo inmenso donde compartir nuestros deseos, nuestras inquietudes, nuestras dolorosas experiencias y nuestras esperanzas.

Fue al zambullirme en tu cálido y acogedor abrazo con los ojos cerrados, sabiendo –sin saber nada de ti-, que me darías la paz que buscaba, el bálsamo que curaría mis heridas que el tiempo dejó en mi alma como un estigma.

Fue saber instintivamente que te comprendía y me necesitabas; fue aceptar, de una vez y para siempre, que me entendías y te necesitaba.

Fue repentinamente que invadiste de sonrisas mis ojos –ahora esperanzados-, y llenaste de música mi corazón, que de pronto cantaba y hacía cantar a mi alma; bajo la lluvia, en medio de la tormenta, bajo un sol inclemente, en medio del desierto…

Fue con tus ojos, tu cuerpo y tus abrazos que sentí de nuevo latir a mi corazón dormido.

Y era mi amor que de nuevo se atrevía a soñar despierto, sin miedo a caer, a tropezar, a rodar, porque tú lo estabas sosteniendo.

Te doy gracias por revivirme;
te doy gracias por despertarme;
te doy gracias por quererme;
te doy gracias por amarme
y permitirme amarte así…
Gracias…


EPÍSTOLA A MÍ MISMA

De Sol a Sol

Te estoy mirando. Te estoy sintiendo; eres yo. Soy tú. Eres mí. Tú eres yo. Mí soy tú. Sé lo que sientes.

Te estoy mirando. Te estoy sintiendo. Sé lo que sientes. Cómo lo sientes. Estás viviendo pensando en mañana. Me estás mirando y no sabes que lo haces. Nunca pensaste que yo te pensaría a ti. Nunca pensaste que te vería así. No sabes que te estoy mirando. Crees que tú me miras. No es así. No pensabas que sería así. Imaginaste las cosas diferentes. Escríbeme una carta. Dime cómo querías que fuera. Lamento decepcionarte. Sé lo que querías... No lo soy. Lo sé... Te defraudé.

Y mientras tú describes mi entorno, sufres porque no eres lo que quieres ser, lo que debiste ser, lo que no soy, lo que debí ser y no soy. Lo que quieres que sea... Con tanto dolor acumulado, cómo te explico lo que pasó en el medio...

Tienes los ojos llorosos; estás llorando. Sufres incomprensión, soledad, falta de motivos, frustración, abandono... Me miras y te aferras a mí como a la esperanza...

“Cuando crezca -piensas-, no voy a depender de nadie y sólo me voy a obedecer a mí”. En eso no te equivocaste. Soy libre. Libre para llorar; libre para decepcionar; libre para enojarme y desconsolarme... Tengo que decirte que no es tan bueno ser libre. Los seres queridos que hoy te acompañan y están a tu lado, no están aquí. Y, cómo los extraño, Dios mío... Cómo te extraño a ti y a tus sueños, a ellos y a mí. A esos sueños que alguna vez se cruzaron con los míos... Tu mundo era especial; mi mundo era especial. Pero, así es la vida,. Pasarán todos. Pasaste tú. Pasé yo.

Estoy pasando ahora; otra como yo, de más edad, nos mira espectante.

Me escribe una carta, me dice que aproveche el momento y las fuerzas. La garra que aún me queda, la esperanza aún no del todo marchita... Que florezca la vida. Que crezca el amor... ¡Carpe Diem!

Pero yo sé lo difícil que es...

Ella no entiende...

Me dice que sí comprende... Que sí lo siente... Que remonte la ilusión como un cometa al viento, libre y serena, eterna, mística, pacífica, perfecta...

Ella me escribe desconsolada desde sus años sabios; ella no sabe lo que yo siento ahora...

Dice que sí, que sí sabe... Que no me atasque en tontas telarañas de amargura, que el sol brilla, brilla eterno, magnífico... Que olvide el dolor. Que deje a un lado las decepciones y los fracasos; que llegue a Dios como un niño... Pero ya no tengo alma de niña, los años me la han perdido, revolcado con los miedos y los horrores de mi Siglo...

Yo lo dudo; no podría hablar así como lo hace ella...

No estoy aquí... Estoy contigo. Contigo mi vida.
No te enfrasques en los lamentos; no te enredes entre todo lo que quieres y todo lo que no tienes... Me tienes a mí más adelante. Me tienes a mí aguardándote y mirándote...

Desde aquí. De la experiencia a tu inocencia.

No te decaigas. Levántate, enjuga tus lágrimas, juega y ríe, que sólo se es niña una vez... Házme caso. No te quedes llorando. Sigue tu estrella, que es la mía... Si te tropiezas estaré aquí mirándote, como un Angel de la Guarda...

No desmayes corazón... No desmayes...

Te levantaré si es preciso. Pero tú tienes fuerzas y ganas, a pesar del dolor, a pesar del miedo... Corre, corre, vuela...

Alcánzame y dame de tu elixir. Estoy esperándote para que me enseñes a soñar... (Yo ya lo olvidé). Estoy aquí esperando de ti lo que una vez tu esperaste de mí...


EPÍSTOLA POST MORTEM

I


Destinatario no corresponde al domicilio

No te escribí antes porque si bien cumpliste nuestro pacto, y me avisaste ‘que llegaste’, se te olvidó dejarme tu dirección. Está bien. No tiene importancia.

Yo sé que estás y estás bien. Eso es cierto.

Sin embargo, se me quedaron algunas cosas en el tintero, y quisiera decírtelas...

Tengo algunas dudas.

Si bien fueron largas y tensas esas noches de insomnio en que yo iba al baño porque sabía que estabas despierto y yo despierta, y te hacía un té y conversábamos y fumábamos...

Noches tensas de espera de la muerte; del desenlace fatal, de la partida para siempre, del viaje sin regreso...

Cuerpo enfermo, vida desahuciada sin esperanza sobre la tierra.

Esas noches conversamos mucho, quizá, más sinceramente que nunca...

Y me escuchaste, como nunca me escuchaste quizá...

Y no creías y tenías miedo. Y yo te juré sobre mí misma, sabiendo que jugaba con fuego y que si jugaba mal yo me quemaba, ‘que había más allá’, que no acababa aquí esta historia...

E hicimos un pacto.

Y me avisaste.

Entraste a mi cuarto y me confirmaste mis juramentos. Estabas en el más allá mientras tu cuerpo yacía en la cama al lado...

Tu mirada era tan triste como la de mi abuela -tu madre-, cuando se despidió de mí y ella sabía que era para siempre...

Me quitaste la almohada y la tiraste. Ella amaneció en el suelo, en el centro de la pieza.

Gracias por avisarme ‘que llegaste’...

Pero, sabes, a veces, algunas tardes, siento que sólo tú comprenderías una situación, un comentario mío... Y me haces falta.

También para preguntarte cosas y sacarme dudas.

Me haces falta, aunque sé que tu tiempo acá se acabó y ya cumpliste.

Sé que nadie se ríe como te reirías tú de ciertas cosas... No es fácil compartir humor con gente que no es de tu sangre... Es un chasco intentarlo. Decepciona y tira para atrás. Pero así es la vida. Ya te fuiste porque tenías que irte. Y yo rogué todas las noches para que te llevaran y no sufrieras más. Porque te hablaba de fortaleza y de fe, cuando por dentro era yo la que se quebraba.

Te hablaba y convencía, sabiendo que arriesgaba mi alma. Porque yo también tenía dudas...

Pero, que me perdonen aquéllos que rigen las almas y comprenden los destinos. En mi ignorancia quise darte valor y darte fe...
No sé si hice bien o mal... Sólo sé que lo sentí como deber, y quizás para éso, sólo para éso, para intentar salvarte cuando ya te ibas, es que vine a este mundo...

Yo... Quisiera preguntarte, si todo lo que dije te sirvió, te ayudó, te guió, te salvó, o si tan sólo matamos el tiempo fumando cigarros y tomando té, esperando que llegara la muerte...

Disculpa, si fue así... Yo lo intenté, y me jugué la vida para creerlo y para que lo creyeras...

Perdóname si me equivoqué...

La ignorancia, tal vez, no es la mejor compañera, y era la primera vez que enfrentaba algo así...

Nunca quise engañarte.

Sólo quise creer y que creyeras...

(Perdóname).


EPÍSTOLA POST MORTEM II

Proceso Fenecido

Hiciste bien en irte. Ahora te comprendo. Lo que podía darte no vale nada. Una casa que me robó alimento para pagarla.

Estoy más desahogada. Ya no me falta. Cómo me gustaría que estuvieras acá cuando elijo las cosas que sólo mirábamos... Pero, ¿sabes? Ahora que puedo tenerlas, no saben igual. Sigo comprando todo de a dos, por la costumbre...

Hiciste bien en marcharte. Nada de eso te servía. Lo sé ahora. Eran objetos que pasaban por tus manos y desaparecían en algún cajón para olvidarlos...

Hiciste bien en marcharte...

Yo no soy feliz. No era esto lo que quería.

Quizá, tendría mejores recuerdos si hubiésemos vivido el momento de forma más alegre y despreocupada.

No habría estado estresada y preocupada de que mis esfuerzos demoraban... Habríamos reído más, y quizá lloraría menos mirando los recuerdos...

Pero es así. Hoy tengo en mis manos lo que quise darte. Comprendo que no quisieras verlo y que te marcharas antes.

Sin ti, yo ya no lo quiero...

Me pesa... Me entristece.

Debí saber que nada de esto necesitabas. No lo vi. Solo vi mi objetivo enmarcado en mi ceguera, y creí que era lo cierto, lo veraz, lo supremo...

Lo siento.

Te comprendo por marcharte.

‘No te vayas’ -te rogué-. Me aferré a ti obligándote a quedarte. Pero tu alma, más sutil y frágil que el viento, se escapó y no quiso siquiera darme su dirección.

Ni siquiera dijo en sueños ‘Aquí estoy yo’, ‘Sólo estoy bien’, ‘No me reproches, estoy feliz’...

Tan sólo el silencio y la ignorancia de tu paradero. Ni un rastro, ni una pista, como si me odiaras y quisieras esconderte de mí.

Sólo ahora comprendo que huyeras. Yo te perdono. Porque la condena es para mí.

Tú sigue libre tu viaje, y no te molestes en mirar atrás. No. No lo hagas. Sólo verías dolor y miseria.

Y tú ya viste mucho de eso en tu vida.

Sigue tu viaje y vuela alto... Que nunca ojos terrenos te vean. ¡Huye! ¡Escóndete! No te aparezcas!...

¡Quédate allá! No eches mirada lastimera por sobre el hombro. Lo que aquí queda no vale la pena. Sigue tu viaje...



RÚRIK

20 de agosto de 2000 – 23 de agosto de 2005

ELEGÍA l

Nadie comprenderá jamás
este dolor que se aloja
en los ojos, la mente,
el corazón, el pecho,
el vientre y el alma…

Nadie entenderá el evitar
hablar del tema y de las imágenes
sin cesar dentro de mí.
Son fantasmas reales que se proyectan
a todo mi interior,
causando espasmos de llanto,
oleadas de pena enorme, de no aceptación,
de no comprensión.

Nadie puede saber que estás
en cada cosa que hago,
que apareces en mi día
y renaces en mi noche.

Nadie, nadie, nada
te reemplazará;
sólo eras tú,
con esas virtudes que yo
nunca tuve…

Eras tú con ese amor inmenso,
incondicional, con ese perdón
tácito, con esa falta de rencor
inherente a ti; con tu alegría
constante, y tu entusiasmo
por todo; tu agradecimiento,
tu humildad, tu bondad,
tu contento.

¿Adónde fue tu energía?
¿Adónde fue tu pasión por jugar
y compartir, por reir,
disfrutar y vivir…?

¿Qué se hizo de tu amor,
cariño, entrega y aceptación
de todos, hacia todos, por todos…?

No sé de qué están hechas
las cosas, cómo se hacen
ni por qué se hacen…

Sólo sé que eras vida
que vi nacer
y vida que vi morir…

Luz que llego al mundo
para engrandecer y llenar mi alma,
mi diario vivir, mi existencia gris.
Luz que se apagó ante mis ojos;
esa última mirada trágica, final,
que nos dimos, comprendiendo todo,
aceptando lo inaceptable,
tragándonos el dolor
y la frustración de no poder
hacer nada…

Fue tu adiós al mundo;
a mí, a tu madre;
última mirada de “hasta acá llegué”…
Distancia que no puedo salvar
ni perdonar ni aceptar.
Oscuridad y llanto que llegó a mi vida
para quedarse…
Oscuridad que lo embarga todo,
lo llena todo, lo mueve todo…
Está dentro de mí,
en mis actos, en mis manos,
en mis ojos… Está en mi entorno,
en los motivos, en las ganas, en los deseos…
Está en el mundo y en la vida…

Está…, y se va a quedar en lugar de ti…

Sólo quiero llorarte y recordar
tu hermosura… Belleza de ser,
belleza de pureza e inocencia…

Hay un silencio tan pesado,
que vuelve fútiles los movimientos y los actos.

Nos quedamos quietas mucho rato
con la mirada perdida y
la mente fija en los recuerdos…

Tratamos de dormir mucho,
tan sólo, para no llorar…

¡Cuánto extraño tu ternura…!
Me he acordado con tanto amor
de ti, todo el día, sin parar,
extrañándote y echándote de menos
en cada cosa…

Deseo tanto un milagro y que vuelvas…
Que regreses un día a mi puerta…
O que yo despierte y estés ahí,
que todo haya sido un horrible sueño…

Te siento tan próxima,
tan cercana a mí, tan dentro mío,
que creo, siento, que en cualquier
momento te voy a ver frente a mí,
con tu carita angelical y alegre…

Te tengo tan presente
en mi mente, en mi corazón,
y todavía en mis actos,
en mis gestos, en mis planes
(que te contemplan),
que espero encontrarte,
toparme contigo en cualquier lugar…

Pero no estas, no te apareces…

Hay una ausencia total de ti
que no me la explico…,
porque eso ocurre externamente;
internamente, te veo siempre;
estás donde te veo…

Amor mío:
nada puedo hacer por ti.
Te dejaré ahí tirada
(no porque no te ame),
sino porque no puedo
cargar mi dolor…

Te llevará el camión recolector
(ese que te excitaba y enloquecía, pese a mis retos).
Hará desaparecer tus restos;
ocultará de mí tus desechos;
serás carne de gusano,
comida y alojamiento
de bacterias…
Serás humus, serás gas
que se confundirá
con la atmósfera…

Serás… No se bien…

Pero estarás aquí siempre.
Nunca te irás a otra parte.
Estás en mi alma y en mi vida.
En mis recuerdos, en mis reacciones,
en mis momentos y en mis lamentos.

Porque, si has llegado a algún lugar,
algún estadio que no alcanzo,
acaricio tu ausencia
y beso tu recuerdo
con la esperanza
y la intención
de que mi amor
te llegue al más allá,
adonde te encuentres;
para que te sientas amparada
y protegida por mi cariño.

“Ser que ya no es”, yo, de morir
y existir un cielo,
quisiera ir adonde estás tú,
lejos de la violencia,
incomprensión e ignorancia humanas;
lejos del sonido de tus huesitos
quebrándose bajo las ruedas
y de mi culpa condenatoria…;
para correr y jugar y disfrutar
por prados inmensos, hermosos y sin peligros,
para gozar de tu amor,
de tu alegría,
de tu energía
y de tu viveza…

Yo te sigo amando
a la distancia,
para siempre…

No nos olvides;
que no te olvidaremos jamás…

Tu dueña


CARTA ABIERTA O DESPEDIDA ETERNA

Estás muriendo.
Lo sabes y lo sé;
ambas lo sabemos,
y hay un hondo y sentido
dolor en nuestras miradas
cuando se cruzan.
Estás muriendo
y no hay nada
que pueda hacer para impedirlo.
Tampoco puedo hacer nada
para evitarte el dolor
y las molestias.
Lo único es La Muerte…
Pero esa no es salida.
Es sólo el fin,
y saber que dejarás de existir,
de ser,
de estar,
de ser mía;
de esperarme
y de recibirme
como si yo fuera
el evento más importante
de la vida (de tu pequeña vida...),
cada vez que nos separamos
y nos encontramos cada día…
Sé lo que me espera;
sé lo que será mi vida
sin ti.
Intento no pensar,
no proyectar el futuro inmediato
y esquivar el hecho inevitable,
irremediable…
No estarás más,
y eso será terrible…
Eres lo primero y lo último que ven mis ojos.
Voy a extrañarte tremendamente;
pues, eres comprensiva,
dulce,
amable,
atenta,
estable…,
como nadie más lo es.
Y tienes esa mirada de almendras,
transparente y sencilla,
exenta de envidia,
vacía de pasión o de maldad;
esa pureza verdaderamente
íntima y esencial,
-tuya sola-,
como nadie más la tiene.
Pretendo animarte y complacerte
sin lograrlo;
pero insisto…
Procuro darte
lo mejor de mí,
de mis existencias,
de mi persona.
Procurarte el máximo
de comodidad y bienestar…
Nada sirve.
Estás viviendo una vida a medias;
estás muriendo una muerte a medias;
te estás yendo de a poco y segura;
estás sufriendo un deterioro paulatino,
palmario y pasmosamente cierto…
Te estás extinguiendo
y siento cómo esa luz
en el fondo de mi alma
-que eres tú-,
se está empequeñeciendo,
empobreciendo y apagando…
Nada puedo hacer
para evitarlo…
13 años has vivido conmigo
y has estado por todo este tiempo
en mis pensamientos,
en mis sentimientos,
en mi sentido de ser…
Has sido mi amiga leal,
mi compañera fiel,
mi confidente,
mi razón de existir
-cuando ya no tenía nada-,
mi paz,
mi redención,
mi amor,
mi ternura
y mi alegría.
Me lo has dado todo:
ternura,
valentía,
protección,
cariño.
Me has amado como soy:
con mi lado bueno
y mi carácter odioso;
con mi amor
y con mi entrega;
con mi malhumor
y con mi violencia.
Me has querido
sin importar
lo que piensen
o sientan
los demás por mí.
Y yo te he amado
por bella,
por alegre,
por buena,
por inteligente,
por sabia,
por valiente,
por brava,
por tierna,
por dulce,
y por inmensa…
Y esta inmensa
pena que me embarga
-que nos embarga-,
no tiene cabida
en este gris mundo hostil.
También he querido y me han divertido
tu egoísmo y tus celos ingenuos…
Sólo sé que si me dan a elegir,
y continúa algo de nosotros
después de morir,
yo elijo de nuevo estar contigo,
y con nadie más,
si es que tengo que renunciar al resto...
No sé cómo devolverte
tanto amor,
tanto coraje
tanta aventura
y tanta ternura.
Sólo sé que te debo mucho
y por mucho
que haga por ti,
nada
será suficiente.
Yo te amo
como a nadie
y te debo la vida
por cada vez que me has devuelto la sonrisa,
que has comprendido mis tristezas
y que me has acompañado, como nadie supo hacerlo,
cuando he perdido seres y vidas
que ya nunca volveremos a ver…
No sé si nada
es para siempre
-como dicen-,
pero sí te aseguro
que mi amor
por ti
será eterno
en mi recuerdo.
Adiós mi perra querida.
Fue un placer cuidarte,
quererte,
amarte,
alimentarte,
jugar contigo y pasearte.
No me olvides;
yo no te olvidaré jamás...


ESTATUAS DE SAL


Caro mio:
Aunque sé que eres “el hombre” para mí, y sé, positivamente, que soy “tu mujer”, esto no tiene sentido.

Nos conocimos en un mal lugar, en un mal momento. Fue un mal comienzo, un desesperanzado intermedio y un catastrófico final.

Es probable que, de habernos encontrado en el momento preciso, cuando era el tiempo ideal y oportuno, no nos hubiéramos reconocido…

La vida nos lleva casi siempre por caminos que no elegimos. Nos atraen cosas y metas de las que luego huimos, nos arrepentimos. Nos dejamos llevar por engañosas apariencias a horizontes que no son los nuestros. Pero, ya estamos ahí; y ahí pertenecemos… Y aunque nunca olvidamos por completo a nuestras estrellas que perseguimos con ilusión y entusiasmo, sabemos y entendemos que ya están perdidas y cada vez más lejanas para nosotros. Inalcanzables.

Caro mio: yo no escogí enamorarme; y tú tampoco lo decidiste. Sin embargo, vivimos mirando la luz de una estrella que ya murió hace tiempo, pero que sigue iluminándonos… Actualmente nuestro amor es un astro extinguido, ¿una enana blanca, quizás? No conozco la nomenclatura…

Es mejor apagar para siempre la ilusión. Seguir resignados los caminos que el mundo nos abrió (y ellos van en direcciones opuestas). Mucho me hubiera complacido acompañarte a recorrer el tuyo; también, que tú me acompañaras en el mío…

(Hubiese sido la dicha suprema para mí; porque sentiría que tengo en mis manos todas las estrellas de mis sueños).

Sé que pudiste ser muy feliz conmigo y que yo hubiera estado dichosa, radiante, por siempre enamorada, de tenerte para mí.
No es así.

Sólo hay que ahogar rápido la esperanza, para que no eche retoños y no se imagine que florecerá algún día…

Ya ves, el destino nos preparó otra cosa. La distancia, la separación y la incomunicación son las variantes; no hay más vueltas ni alternativas.

Mata para siempre tu ilusión. Afiánzate a tus cosas y aprende a quererlas. Quizás tienen algún valor cierto y no lo has visto aún…

Aquí. Aquí, en este almendral, en este paisaje de sauces y río, escucho la vida cantar; no es un canto alegre, más bien es una marcha fúnebre. Pero este es mi sino, esta mi vida. Aquí llegué y aquí estoy. Seguiré adelante y sin mirar atrás, para no hacerme daño.

Intentaré (no amar), pero, al menos, estimar, a algún completo extraño.

Alguna gente dice que es fácil. Que hay que cerrar los ojos y fingir no pensar. Olvidar tus deseos más íntimos y anhelados y dejarte llevar… Para mí no lo es; ni fácil ni simple. Nunca lo fue. Pero, así es la vida de los que no supieron edificar su futuro con arte y solidez y formaron sólo una estructura precaria y endeble. La firmeza está en el corazón. Pero esa no cuenta. Las cosas son más simples. Se trata de avanzar, sólo de avanzar, por un camino que no elegiste y nunca quisiste.

Olvidémonos mutuamente: yo no quiero soñar más…

Este amor no tiene alas, ni esperanza de volar.

No lleva agua en su caudal, es un triste rosal sin rosas, un ave que no canta, un sol que no ilumina.

Sé que va a ser tan fatal como matarse. Pero, a veces, la mejor solución es la muerte (el único remedio que existe es la muerte…).

Caro mio: adiós. Vive como mejor puedas e intenta soñar con cosas más concretas y reales, como lo que ya construiste.

Un beso.

No mires hacia atrás; puedes convertirte en estatua de sal.