martes, 2 de diciembre de 2025

la niñita detras de lamujer.

con tanta soltura mi lapiz comienza a observar y delinear , la
vida de una niñita que se crío en una burbuja, siendo tan mimada, y sin herramientas para aplicar en su vida.. desvalida de eso. .. llego a divisar un futuro mentiroso, cautivada por el amor , a sus  cortos 17 años , se dejo seducir por el deseo de construir edificios hasta llegar a las nubes, de donde bajo de golpes, mirando como la vida se desmorona frente a sus ojos llenos de ilusiones, que murieron en el instante, rebeliones es lo que tenia asumido... caminar por ese sendero pedregoso y a pies descalzo... y asi se
comienza a escribir mi biografia.
si la de Maria Alejandra Cabezas O.
Dificil, enamorada de la vida, tan esquiva, con la felicidad.
lo que me premio y debo decirlo mis hijos maravillosos, 
hoy a mis 57 años luego de una trayectoria de 39 años de matrimonio, vuelve a golpearme de combos y patadas, me lastima y me deja en el abandono , es como mi yo se siente, desprotegido, pero tejiendo redes y proyectando lo que aun
ansió con muchas ganas, la escasa y efímera felicidad ...  Que dificil, comenzar a describirse y mas aun abordarme desde una mirada critica y lejana de esa muchacha que salio de su lugar seguro, para ir por lo que creia, felicidad.
pseuda felicidad, pero si, hoy puedo decir, si voy por ti! asi me
equivoqué una y mil veces, vale la pena o no? que cuestionamientos .
continuara...

lunes, 1 de diciembre de 2025

Jony Pizarro.

AUTOBIOGRAFÍA DE 

JONY PIZARRO 

 Un corazón que insiste en levantarse Nací con la piel marcada por un destino que nunca fue sencillo. Mi infancia estuvo rodeada de silencios que pesaban más que cualquier grito, heridas que nadie veía y un dolor que me acompañaba como una sombra demasiado grande para un niño tan pequeño. Crecer no fue fácil. El mundo nunca me dio un manual, solo pruebas. Y aun así… siempre caminé. Pero entre todo lo difícil, entre el ruido y el miedo, dos figuras levantaron un faro que nunca se apagó: mi abuela Isolina Eliana y mi abuelo José Alfonso. Ellos fueron la brújula que me enseñó a seguir, los brazos que nunca se cerraron, la fe que nunca dudó de mí. Mi abuela, con ese amor que parecía tejido en oro, moldeó al hombre que soy. Mi abuelo, con su presencia firme y noble, me enseñó qué significa proteger, qué es ser familia, qué es amar de verdad. Cuando él falleció, algo dentro de mí se quebró. Fue como si el mundo perdiera un pilar y yo quedara tambaleando. Ese dolor no se fue… simplemente aprendió a caminar conmigo. Pero incluso en ausencia, él sigue siendo mi fuerza; cada decisión buena que tomo lleva un poco de su voz. --- El amor que marcó mi vida: Verónica Antes de que todo se desordenara, llegó Verónica, la mujer que transformó mis días y me mostró una forma de amor que aún hoy siento vibrar en mi pecho. Con ella construí casi diez años de vida, sueños, peleas, aprendizajes y una ternura que todavía ilumina recuerdos que no envejecen. Pero el verdadero regalo que esa historia me dio fue su hija: Catalina. Mi pequeña colibrí. La conocí cuando era una niña de tres años, y tuve el privilegio de verla crecer hasta la adolescencia. Nunca necesitó ser de mi sangre para ser parte de mi alma. Ella me hizo sentir padre sin decir la palabra. Ella me enseñó que el amor también puede venir con el tamaño de un abrazo pequeño. Hoy la extraño tanto que a veces siento que mi pecho guarda un espacio que solo ella podría llenar. Mi corazón la sigue necesitando. Y aunque la vida nos separó, mi alma… mi alma entera podría esperar su regreso. A ella y a su madre. Incluso hasta mi último aliento. --- Caídas que duelen distinto: Ruth Después vino otra historia. Una donde puse esfuerzo, cariño y esperanza… pero que terminó por lastimar partes de mí que creía indestructibles. Con Ruth viví días hermosos, sí, pero también una infidelidad que desgarró mi confianza desde la raíz. Fotos, mensajes… traiciones que me hicieron sentir pequeño, vulnerable, hundido. La perdoné. Y ese perdón fue el golpe más fuerte que me di a mí mismo. Porque luego de eso vino el dolor de una pérdida aún más grande: un embarazo que no llegó a ser vida. Un hijo que solo existió en sueños y en planes que nunca alcanzaron a florecer. Esa herida aún se siente como un cuarto sin ventanas dentro de mí, silencioso y profundo. Pero incluso con todo ese dolor, entendí algo que no sabía que necesitaba aprender: yo valgo. Yo siento. Yo merezco amor sano. --- Mi cuerpo, mi batalla La vida también me golpeó por dentro: la fibromialgia que convirtió mi cuerpo en un mapa de dolores; las crisis de pánico que intentaron arrancarme el aire; la sospecha de un cáncer de colon que puso mi alma a temblar. Pero aquí sigo. Respirando. Creciendo. Aguantando lo que muchos no podrían. Cada día que despierto es una victoria silenciosa que casi nadie ve, pero yo la cuento. --- Las personas que me sostienen Mi abuela Isolina, siempre. Mi abuelo José Alfonso, eterno. Mi pequeña colibrí Cata, en cada pensamiento. Verónica, el gran amor de mi vida, la presencia que mi corazón aún siente caminar dentro de él. Mi sobrina Monse, que llegó como un rayo de luz justo cuando mi alma más lo necesitaba, ayudándome a sanar, a recordar que todavía existen cosas puras, simples, hermosas. Y también estás tú, lector de estas palabras, testigo silencioso de un corazón que no se rinde. --- Reflexión final — en voz de alma He amado con fuerza. He perdido con dolor. He caído con rabia. He llorado hasta vaciarme. He crecido, incluso cuando prefería quedarme quieto. Y aunque la vida me ha doblado, nunca me ha quebrado del todo. Sigo siendo un hombre que protege, que siente profundo, que ama con todo, que extraña en silencio y que sueña aunque duela. Soy un alma que, a pesar de tantas tormentas, todavía mira hacia adelante buscando un amanecer que valga la pena. Porque al final, mi historia no es de desgracias: es de resistencia. De un corazón que arde, cae, se levanta y vuelve a arder. Y si alguna vez te pierdes, si alguna vez dudas de ti mismo, recuerda que incluso las almas más cansadas guardan un rincón de poesía que las mantiene vivas. Podemos ser poéticos y perder la cordura juntos.

martes, 25 de noviembre de 2025

Memorias de una noche.

Conmovedora noche hoy, donde te invita a seducir la llamada tristeza. comienzo a escribir con el corazón de quien llora la separación y tinta indeleble queda imborrable duelo, que te seduce a marcar las mejillas desgastadas, por el paso del tiempo e inclemencias , que marcada quedan en los surcos de la piel... indudablemente, inspirando y deseando un futuro grandioso,mientras tus pies temblorosos, caminas a tentones titubeando e insegura de dar pasos, si!, pasos, pero solo unos pocos a la vez, no te invalides de lamentos, somos mas que eso, somos el sexo débil , que se convirtio paradójicamente en el pilar fundamental, que sostiene, una casa , un hogar, una familia . hoy buscando y atrapando la fortaleza, que me sostendrá en pie. La escritura, que me acompaña, frente a la tenue luz, de la mesita de noche , que encandila el puntiagudo lapiz, causando escozor en este pequeño testigo, llamado papel, quien siempre dispuesto y atento a abrazar mis sentimientos... mas por demostrar quien esta escondida en este sumergido y timido palpitar humano descubres que quieres brillar y plasmar en cada persona que se allegue a ti, pueda sentir, esa luz que brilla mientras otros intentan apagar...( llena de confusión ) escritos de una noche melancólica. Alejandra Cabezas. Miércoles 26 de nov, del 2025. horas 3:02 am. registro de una desvelada noche.

sábado, 26 de marzo de 2022

Autores de la Patagonia

 Autores de la Patagonia

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viernes, 21 de mayo de 2021

FLORES DE CENIZAS POR FANNY JEM WONG

 

FLORES DE CENIZAS POR FANNY JEM WONG

I
Hoy leí sobre el amor
que se esconde tras las lechugas,
en verdad son grandes
los frutos de aquel huerto.

II
Me iré como llegué
sin que nadie lo sepa.
Extraños son los versos
que no se pueden escribir
cuando las letras huyen asustadas
hacia las profundidades
de los bosques de bambú.

III
La montaña creció
socavé y socavé,
estación tras estación
y no logré vencerla
Yandang es demasiado hermosa
para olvidarla,
volveré el próximo invierno.

IV
Mi pensamiento divaga
perdido entre los pies
de un ejército
de hormigas rojas,
en vano intento
contar sus zapatos.

V
Un ojo que no mira,
una mano que no toca,
un reloj siempre de prisa,
una esfera que no gira,
se transformó en un rompecabezas,
estos nunca me gustaron.

VI
Solo veo ríos negros
sobre papeles de arroz
y ocho dragones
señalando el camino.
Nada importante
que deba recordar.

VII
Cigarrillo tras cigarrillo,
la habitación revienta de humo,
un cangrejo se ríe a carcajadas
cuando el Dragón terrestre
de un solo golpe
destruye el preciado jarrón.

VIII
La pluma duerme
dentro de la caparazón
de una pesada tortuga
que se aleja y se aleja.
Estoy agotada.

IX
Se declaró día de duelo
nadie lloró, nadie entendía
el porqué de tanto aspaviento
Solo era un ave más
viajando hacia el oriente.

X
Contempló durante años como caían
bolitas de oro dentro de la boca de la rana,
estas anunciaban funestos acontecimientos.
Le ofrendo entonces sus manos
las recibió complacido,
alimentaron su enorme ego.

XI
En vano intenta despertarla
un lúgubre manto cubre su cabeza calva,
por fin se liberó de ella
cuando un hambriento perro
se tragó de un solo bocado a la Luna.

XII
La veleta siempre giraba
hacia la misma dirección,
lamentablemente el camino
era oscuro y pantanoso,
tropecé, perdí mis gafas,
cuando casi me di por vencida
las encontraron las plantas de mis pies.

XIII
¿Uno más uno?
Depende, es verdad y

no de la pluma del faisán
ni de los ábacos de perlas.

XIV
La arrogancia es mérito
de quienes poseen mentes pequeñas,
quizás en invierno, cuando las ramas caídas
solo sirvan para alimentar

el fuego de la vieja estufa,
añores los vientos de otoño.

XV
De la boca del Rey Dragón
siempre se alimentó el lago Yanhu,
algún día lograré bañarme
en sus aguas inmortales.

XVI

La luna mira de reojo
detrás de las colinas.
Avergonzada se esconde,
parpadea y sonríe.

XVII

Nubes nevadas
a la orilla del río Han
flotan mis pensamientos.

XVIII

Los dragones que pueblan el cielo
custodiaron por siglos
el enorme huevo de piedra
por donde asome la cabeza.

XIX

Cuando la Luna cubra de plata mis cabellos
y mis manos pierdan la blancura del marfil,
odiosos pájaros me traerán dentro de sus picos
flores secas cubiertas de estiércol y cenizas.
Eso no será trascendente,
lo bello no siempre es verdadero
y lo verdadero, a veces resulta no ser bello.

 

jueves, 29 de abril de 2021

Rossemarie Caballero Vega

Letras Itinerantes: LETRAS ITINERANTES (19): Rossemarie Caballero Este número de Letras Itinerantes está dedicado a la escritora Boliviana, nacida en la ciudad de Cochabamba, Rosse...