PRIMERA VEZ
Nos sorprendió la noche
tumbados entre sábanas de deseo
donde me derramé entre tus brazos
y tú bebiste del néctar de mis misterios.
Conjugamos el verbo amar
para entendernos en un solo idioma
cuando balbuceamos palabras y gemidos.
Exploraste mis caminos
con mano diestra y urgente
mientras yo ansiosa
descubrí los secretos de tu carne
arrancando de tu cuerpo
el elixir de tu alma.
Y fuimos uno ...
Tu aroma se me quedó en la piel
y tu sabia germinó mi tierra adormecida
haciendo crecer en mi
el árbol de la vida.
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